
Jesús Martínez Sánchez-Dehesa se ha adentrado dos kilómetros en las profundidades de la Tierra. Este ingeniero agrónomo en ciernes, que con 26 años está ultimando su proyecto final de carrera en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), ha formado parte de una expedición internacional a la sima Krubera-Voronya, de 2.191 metros de profundidad, situada en la república rusa de Abjasia. Se trata, en opinión de los expertos, del Everest de las profundidades.
Partieron el 9 de agosto y regresaron el pasado 4 de septiembre. El objetivo del grupo, de unas 60 personas (había lituanos, húngaros, holandeses y españoles) era “poner unos medidores de agua para evaluar las fluctuaciones” y cambiarlos de sitio para realizar nuevas observaciones el año que viene. También han explorado y topografiado 130 metros más de sima, y han sacado insectos para su estudio.
“Ha sido la primera vez que se han superado los dos kilómetros de profundidad por cuevas que son como la alta montaña, llenas de roca, agua y barro”, explica Jesús. En estas duras condiciones, con corrientes continuas, tenían que parar para descansar en sus tiendas de campaña. Se trata de cinco puntos situados a diferentes niveles bajo tierra: 700 metros, 1.200 m, 1.400 m, 1.600 m y 1.800 metros de profundidad.
Aunque las marchas estaban planificadas, tenían que descansar entre ocho y diez horas, para poder seguir escalando y descendiendo otras tantas. La alimentación, según confiesa, “es bastante parecida a la de fuera, con pasta arroz, queso, leche en polvo, café o té”.
Próximas expediciones
Para este espeleólogo natural de Cieza (Murcia), respaldado por el Equipo Rodcle y la Sección de Espeleología de la UPV, la aventura no ha hecho más que empezar. El año que viene piensa arriesgarse de nuevo y no descarta ir a sitios tan dispares como Turquía o Papúa-Nueva Guinea.
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