Niega haber matado a Isabel Canino, pero sí reconoce que la metió en fosa séptica

  • Ante la juez declaró que al regresar a su casa se encontró el cadáver de Isabel atado con unas bridas.
  • Sin embargo, no aclaró por qué escondió el cadáver si no tenía nada que ver con su muerte.
  • La acusación tiene previsto solicitar la máxima pena, 25 años.
El acusado, a su llegada al Juzgado de Guardia de La Laguna (Tenerife).
El acusado, a su llegada al Juzgado de Guardia de La Laguna (Tenerife).
Cristóbal García / EFE
El acusado, a su llegada al Juzgado de Guardia de La Laguna (Tenerife).

Salvador Alberto Morales Méndez, presunto asesino de Isabel Canino, cuyo cadáver fue encontrado en una fosa séptica de una vivienda propiedad del acusado tras 67 días desaparecida, negó este viernes ser el autor del crimen, pero reconoció que fue quien escondió el cuerpo en ese lugar.

Morales Méndez, que había sido compañero sentimental de Isabel Canino, quien murió estrangulada, según la investigación policial, prestó declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Violencia de Género de Santa Cruz de Tenerife.

Ante la juez declaró que al regresar a su casa se encontró el cadáver de Isabel atado con unas bridas y lo metió en la fosa séptica, según explicó tras la vista a la prensa el abogado de la acusación particular en representación de la familia de la víctima, José Manuel Niederleytner.

Sin embargo, no aclaró por qué escondió el cadáver si no tenía nada que ver con su muerte, ni por qué no dio cuenta del hallazgo, dijo el letrado.

La declaración de Salvador Alberto Morales duró tres horas, durante las que contestó a las preguntas del fiscal, la juez, la defensa y la acusación particular.

Familiares y amigos de la víctima aguardaban desde primera hora a las puertas del Palacio Judicial y abuchearon e increparon al acusado, que fue trasladado desde la cárcel grancanaria de Salto del negro y que llegó en un coche camuflado de la Guardia Civil que lo introdujo directamente en el garaje del edificio.

La acusación particular tiene previsto solicitar la máxima pena, 25 años de prisión. El caso de Isabel Canino, que como su presunto asesino trabajaba para la empresa Transportes Interurbanos de Tenerife (TITSA), en la que era conductora, fue seguido con un gran interés público en Tenerife desde que desapareció en marzo de este año.

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