Zelaya denuncia que hubo un plan para asaltar la embajada y declarar su suicidio

  • Dice que la intervención de la comunidad internacional frustró el plan.
  • Zelaya dice que hay unas cien personas con él que soportan "bombardeos con productos químicos y ondas de ultrasonido".
  • Suspenden unas horas el toque de queda para comprar comida.

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, denunció este miércoles que el Gobierno de facto hondureño planeó asaltar el martes la embajada de Brasil donde está refugiado y declarar que se había suicidado, pero afirmó que el plan no se ejecutó por la intervención de la comunidad internacional.

"Iban a asaltar la embajada (de Brasil) y declarar un suicidio por mi parte, pero José Manuel Zelaya no se está suicidando", afirmó en una entrevista telefónica con la cadena de televisión argentina TN.

El plan, según Zelaya, se frustró porque "la comunidad internacional intervino inmediatamente, incluido EE UU y la OEA (Organización de Estados Americanos)".

"Hoy todavía se corre el riesgo de que sea asaltada la embajada y que se planifique que iba a ser anunciado un suicidio de parte mía como para simular que nosotros habíamos decidido morir antes de que entraran aquí", insistió.

Zelaya declaró que se encuentran con él unas cien personas que están soportando "bombardeos con productos químicos y ondas de ultrasonido que provocan malestar a la salud y ponen muy nerviosas a las personas".

"Miles de prisioneros y heridos"

"Han allanado casas vecinas a la embajada", rige "un estado de sitio total" con "miles de prisioneros y personas heridas en los hospitales" en un contexto de "terrible situación de inseguridad", afirmó.

Zelaya explicó que está en contacto "permanente" con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, "y otros presidentes", y expresó su confianza en que prospere la convocatoria al Consejo de Seguridad de la ONU para que contribuya a que Honduras "recupere la paz y el diálogo".

"El país está en estado de sitio total, con los aeropuertos cerrados, las carreteras, las empresas y las fábricas cerradas y la gente no puede circular por las calles", afirmó. "Los policías están en las calles reprimiendo, no dejan que la gente llegue a la embajada", añadió el presidente depuesto, que advirtió que "el país no volverá a la calma mientras el presidente esté encerrado".

Por su parte, el presidente de facto, Roberto Micheletti, anunció la suspensión durante siete horas -entre las 10.00 y las 17.00 h (16.00 y 23.00 h GMT)- del toque de queda para que la población pueda comprar alimentos, agua y otros productos.

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