Vivimos la proximidad de dos guerras que causan víctimas y preocupación creciente. Y lo peor es que no se vislumbra un final fácil para ninguna de ellas. La diferencia es que los acuerdos necesarios para ponerles fin dependen de una negociación de ámbito internacional que en la de Ucrania y Rusia no se vislumbra. Por el contrario, todas las noticias que trascienden es que ambas partes tienen puestas sus perspectivas en el incremento de armas y efectivos para seguir combatiendo.

En la guerra de Gaza, en cambio, si hay movimientos internacionales para intentar convencer a Israel que renuncie a seguir luchando contra Hamás en la Franja y se llegue a una solución de paz que pasaría por el reconocimiento del Estado Palestino. Se trata de un viejo intento siempre frustrado por la resistencia de Israel a aceptarlo sin seguridad previa de mantenimiento de la paz entre los dos lados de la frontera. En estos momentos se sabe que existe una negociación en curso prometedora.

La está negociando Estados Unidos, que ejerce mucha influencia sobre Israel y Arabia Saudita, que encabeza de alguna manera el mayor respaldo del conjunto de los países árabes. La idea es que Israel acepte el reconocimiento y a cambio Arabia, país con el que mantiene relaciones extraoficiales, de el paso oficial, considerado muy importante de reconocer diplomáticamente de reconocimiento a Israel. No será un acuerdo fácil, pero dada la influencia que ejercen ambos países, las convierte en esperanzadoras.