Aumentan las polémicas en la segunda semana del juicio a Daniel Sancho: ni la autopsia ni las armas son concluyentes

El análisis de Carmen Corazzini sobre la primera semana judicial del caso Sancho.
El análisis de Carmen Corazzini sobre el juicio del caso Sancho.
Carmen Corazzini
El análisis de Carmen Corazzini sobre la primera semana judicial del caso Sancho.

O nada es lo que parece, o Daniel Sancho está teniendo mucha suerte. Han aumentado las polémicas en la segunda semana del juicio. Otra vez la actitud de Rodolfo Sancho, las declaraciones de Darling Arrieta, el documental en curso, el efecto halo, y el club de fans de Daniel, fruto de la hibristofilia. Debates alrededor de un caso que sigue a puerta cerrada, entre cuyas rendijas se va colando lo que sabemos. Esquivemos subtramas y vayamos al grano.

Todos los cabos parecían bien atados para pensar que la historia acabaría en pena de muerte. Teníamos la sospechosa compra de material el día antes del crimen, la presencia de Daniel en el lugar de los hechos, el posterior desmembramiento del cuerpo y la supuesta confesión en la primera declaración. Añádase, si no fuese esto poco, su aparente frialdad emocional y el baile de motivaciones: móvil económico, crimen pasional, vídeos comprometedores, amenazas y extorsiones.

Una frondosa hilera de indicios que está resultando vacua, pues no ha brindado evidencias concluyentes. Se ha forjado la paradoja de disponer de todas las pruebas y a la vez no tenerlas. Un rompecabezas.

Lo crucial recae en la premeditación. Para probarla es necesario vincular la compra del material con el presunto asesinato, y para ello son fundamentales dos elementos: armas y cuerpo.

Las armas del delito

Destacan dos cuchillos. El primero fue encontrado en el interior de la mochila que Sancho había olvidado en un hotel, horas después de la muerte de Arrieta. Según el informe, este no contiene restos biológicos, por tanto, queda descartado.

El segundo cuchillo fue el que apareció, desapareció y reapareció en la habitación donde Arrieta murió. Este sí contiene restos de ADN, tanto de Sancho como de la víctima. Ahora bien, según se ha filtrado a la prensa, no se ha podido determinar si este cuchillo en concreto figuraba entre el material comprado por Sancho. Por tanto, de momento, las armas usadas no demostrarían la premeditación.

La camiseta de la víctima apareció desgarrada. Tras analizar las marcas, tampoco se ha podido esclarecer si fueron causadas por los cuchillos adquiridos el día antes. Otra prueba sin contundencia.

El cuerpo

Queda entonces centrarse en la autopsia de Arrieta para dilucidar cómo murió. El baile de análisis ha generado no una, sino hasta cuatro autopsias distintas. La noticia más esclarecedora surgió del testimonio de la forense encargada de analizar el cráneo de Arrieta: tal como ha testificado en el juicio, sus lesiones son compatibles con una pelea. Esto podría respaldar la teoría de la defensa propia, es decir, el homicidio imprudente. Sin embargo, la pelea tampoco exime de una posible premeditación, solo prueba que ambos forcejearon, y volvemos a la casilla de salida.

¿Y cómo murió Arrieta? Nadie lo sabe. El primer análisis indicaba que ambos pelearon. Daniel le habría asestado un puñetazo, Arrieta se habría caído al suelo golpeándose la cabeza contra el lavabo, y entonces Sancho le habría descuartizado.

Y aquí las distintas versiones: podría haber muerto por el golpe en el cráneo, tras ser degollado, o acuchillado. Las primeras dos posibilidades no quedan científicamente respaldadas, al menos, no lo suficiente: no existen pruebas categóricas para determinar esas dos muertes. La tercera tampoco puede probarse porque el tórax no aparece. Las autopsias, por tanto, no son concluyentes. ¿Quiso matarle o fue un accidente? La escena del crimen no lo esclarece.

La defensa trabaja en desestimar la primera declaración de Sancho. Insisten que, por presión o por confusión, Daniel no quiso asumir el asesinato, sino solo el desmembramiento.

La tercera semana del juicio comenzará el martes, primero, con la declaración de los testigos de la Fiscalía y acusación, después, con el testimonio de Daniel y Rodolfo. Salvo que el tórax aparezca por arte de magia, o a menos que brote una nueva autopsia irrefutable, la premeditación no parecería sostenerse. Los cabos, que apuntaban estar bien atados, en esta segunda semana de juicio se han soltado. Si no puede determinarse la muerte, y si no pueden vincularse el arma y la compra, todo parecería indicar que Daniel sí podría salvarse. Aunque no de la cárcel.

Biografía

Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en 'Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias' y otro en 'Criminología, Victimología y Delincuencia'.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento