Alejandro Sanz ha celebrado sus 55 años con un fiestón en una discoteca de Madrid, que reunió a decenas de personajes del mundo de la música, pero también de la moda, del cine, de la televisión, de la vida social, e incluso, de la política, el deporte y la tauromaquia.
Mucho y variado público para arropar al cantante, que los cumplió el pasado día 18, en el que ha sido uno de sus años más difíciles, por sus problemas económicos y anímicos.
El Teatro Barceló de la capital se convirtió anoche en un santuario de celebración y homenaje al cantante gaditano, que convocó a asus muchísimos amigos y familiares bajo una etiqueta: el parisino ambiente del musical Moulin Rouge.
Así, todos los invitados llegaron ataviados con vestidos, trajes, plumas, transparencias, joyas, bolsos y looks inspirados en los famosos años 20 del París más glamuroso.
La alfombra roja del evento fue un sinfín de rostros conocidos: Malú, una de las amigas más próximas a Sanz; Niña Pastori; Pablo López y María Ángeles Rodríguez, de Camela; Víctor Elías y su novia, Ana Guerra; Boris Izaguirre, muy misterioso con un antifaz, Javier Sardá y Risto Mejide; Eugenia Martínez e Irujo, una de las más logradas en su vestimenta, y su marido, Narcís Rebollo; Vicky Martín Berrocal, esmeradísima en su atuendo...
También personas del cine, como las actrices Mónica Cruz y Silvia Abascal; del deporte, como el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, que iba con su mujer, Mariann Barrena McClay; de los toros, como José María Manzanares y también de la empresa, como Pepe Barroso y de la producción, como Carlos Jean, estrecho colaborador de Sanz.
La lista de convocados, larguísima y muy colorida, compartió la fiesta con Raquel Perera, la exmujer de Alejando Sanz, con la que mantiene una relación estupenda y con sus hijos mayores, Manuela, hija de Jaydy Michel, y de Alexandre, fruto de su breve noviazgo con Valeria Rivera.
Todos los invitados dedicaron palabras de afecto al homenajeado, que acaba de cerrar el telón en Madrid con éxito absoluto de aforo, tras un año muy duro en lo económico y en lo personal.
Sanz confesó que había estado mal anímicamente, poco después de su separación de su última novial, la artista cubana Rachel Valdés. También sus problemas con Hacienda le han dado no pocos quebraderos de cabeza.
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