Crear una ordenanza de control de malos olores, molestias y otras afecciones a la ciudadana como consecuencia de la gestión de residuos, cerrar Valdemingómez en diciembre de 2025, una comisión de seguimiento de este plan o llevar a cabo mediciones mensuales en inmisión de contaminantes orgánicos persistentes en el entorno de la incineradora. Son algunas de las alegaciones que la Asociación de Vecinos del PAU Enchanche de Vallecas ha presentado a la nueva Estrategia de Gestión de Residuos que el Ayuntamiento de Madrid aprobó a finales de julio y que, hasta el viernes, se encontraba en fase de información pública.

"No es precisamente emoción lo que nos despierta este documento". Así comienza el documento presentado por esta asociación de vecinos. Critican que el Ejecutivo municipal "consumiese completamente su mandato anterior (2019-2023) para elaborar y presentar ahora, tras las recientes elecciones, un documento que sustituya a aquel que aprobó el Gobierno que les precedió", el de Manuela Carmena. Les acusan de "dejadez" para que Madrid disponga de "una herramienta válida para algo tan necesario como reducir la ingente cantidad de residuos" que se generan.

Valdemingómez como eje central

Los vecinos del Ensanche de Vallecas critican también que el área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad haya redactado la nueva Estrategia "sin apenas participación ciudadana". Consideran que, de haberse tenido en cuenta la opinión de vecinos, organizaciones sociales o ecologistas, este documento habría sido muy distinto. 

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Bajo su punto de vista, para que la capital avance hacia un modelo de gestión de residuos más sostenible es necesario que la incineradora de Valdemingómez cierre en diciembre de 2025. Opinan que el cese de actividad en esta instalación y la reducción en la generación de residuos debe ser el eje central sobre el que gire el resto de la Estrategia. Sin embargo, denuncian que el Ayuntamiento no ha cumplido con estos principios y ha sido redactada atendiendo a un incremento de población en la capital que "carece del más mínimo rigor científico". 

Propuestas vecinales

Además de las quejas y críticas al Ejecutivo municipal, la Asociación de Vecinos del PAU del Ensanche de Vallecas ha incluido en su documento varias propuestas. La primera de ellas es la "elaboración de una ordenanza de control de malos olores, molestias y otras afecciones a la ciudadanía derivadas de la gestión de residuos". También piden se cierre la incineradora de Valdemingómez en diciembre de 2025. Para garantizar este cese de la actividad, proponen la creación de una 'Comisión de Seguimiento del Plan de Cierre de la Incineradora de Valdemingómez' en la que participen entidades sociales, vecinales y ecologistas.

Quieren, además, que se ponga en marcha "la licitación y puesta en marcha del contrato de mediciones mensuales en inmisión de contaminantes orgánicos persistentes" en el entorno de Valdemingómez y que sean realizadas por un organismo o empresa de independencia acreditada. Piden también una estrategia, en el anillo de 10 kilómetros que rodea a la incineradora, de biomonitorización humana. El objetivo de esta sería "vigilar la relación entre exposición a las emisiones y los efectos potenciales en la salud".

Por otro lado, piden dentro del documento un "apartado específico" dedicado a los cantones de limpieza en el que se describa "sus potenciales tipos de contaminación, fuentes, afecciones, peligros e impactos, así como los sistemas concretos de control ambiental necesarios a este respecto". Exigen también una clasificación de estas instalaciones atendiendo a diferentes características como dimensiones, funciones, contenido o maquinarias.

Otra de las ideas que plantean en sus alegaciones, es la "potenciación de la reparación" de los aparatos tecnológicos y electrónicos mediante "la creación de incentivos fiscales y facilidades". Creen que esto propiciaría la "aparición y consolidación" de empresas y entidades dedicadas a esta materia y, con ello, permitiría dar a estos residuos "una segunda vida".