En la vida de Luis Miguel hay un misterio que nunca fue resuelto: la desaparición de su madre, Marcela Basteri, en agosto de 1986, cuando el cantante tenía 16 años y su nombre ya empezaba a sonar.

Lo último que se sabía de ella era que había pasado un tiempo en Carrara, la ciudad italiana donde paso su infancia, junto a su hijo menor, Sergio. El cantante tenía planeado reunirse ellos en Chile, pero antes mantuvo un encuentro con su exmarido y padre de sus hijos, Luisito Rey, en España, y ahí fue cuando se perdió el rastro de la mujer para siempre.

El pasado 10 de mayo, el cantante, pareja de Paloma Cuevas, publicó, en su cuenta oficial de Instagram, una fotografía donde aparece junto a ella. Con ello, logró avivar todas las interrogantes, que son muchas, alrededor de la figura de su progenitora. ¿Qué ocurrió realmente? ¿Está viva?

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Hay varias teorías que circulan acerca de su extraña desaparición, pero, sobre todo, hay tres que tienen especial relevancia y que más se pueden leer en los medios que tratan el caso.

Mientras, la última hora sobre este extraño suceso que ya dura más de tres décadas es que un tribunal de Buenos Aires, Argentina, ha autorizado realizar una prueba de ADN a una mujer que podría ser la madre del cantante.

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Según analizaron este martes en TardeAR, que se hace eco de una información del periodista argentino Luis Ventura, la supuesta Marcela Basteri, con la que guardaría un gran parecido físico, se encuentra en la actualidad ingresada en un hospital neuropsiquiátrico de la capital argentina.

De esta forma, se ha autorizado a dos primas de El Sol de México a someterse a una prueba de ADN, que ya se habría realizado y cuyos resultados, contaron en Telecinco, se conocerán "en quince días".

"Estamos seguras de que Marcela sigue viva", dicen las primas del artista. "Si es ella, felices, porque habremos logrado cerrar una etapa de nuestra vida; si no lo es, seguiremos buscando".