El personal del hospital se dio cuenta de su presencia cuando ya estaba dentro de la habitación.
La madre del recluso, que sufre una enfermedad que le impide razonar, pasó sin problemas el arco detector de metales de la entrada del hospital.
Falsa identificación
Ya en el interior del centro penitenciario, se puso una bata blanca y cruzó un pasillo al que sólo tienen acceso los profesionales médicos y los Mossos d’Esquadra.
Bastó con decirle al vigilante penitenciario que controlaba el acceso que era anestesista y darle un nombre que figuraba en la lista de personas autorizadas para que la dejara pasar y así entrar a la habitación de su hijo. Justícia tiene previsto efectuar mejoras en este y otros centros penitenciarios.
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