La Organización Marítima Internacional (OMI) advierte además de que el transporte internacional de petróleo ha aumentado un 12% desde la catástrofe, y en el último año se han vertido alrededor de 15.000 toneladas al mar entre residuos petrolíferos, aceites, amianto y restos de materiales pesados. Sólo en el puerto de A Coruña, el de mayor volumen de mercancía de Galicia, ya se han recibido 6,4 millones de toneladas, 800.000 más que en el mismo periodo de 2004.
Una de las principales medidas para evitar tragedias medioambientales es la norma de la OMI orientada a eliminar buques monocasco, que entró en vigor ayer y que jubilará más de 1.000 buques hasta 2010. Pero Greenpeace denuncia por medio de su director en España, Juan López de Uralde, que la UE no realiza un seguimiento adecuado de los buques que deben desaparecer ni de las instalaciones para eliminarlos. «Todavía hoy –dice– los que se benefician del tráfico de petróleo no tienen que hacer frente a sus responsabilidades en caso de accidente».
Desde esta asociación y desde otras, como la plataforma Nunca Máis, se exige incluir por ello una modificación en la normativa, la que exija la responsabilidad ilimitada a los autores de los vertidos.
El decálogo de Nunca Máis
La plataforma Nunca Máis presentó en las Xornadas de Pesca Artesanal e Marisqueo celebradas en Vigo un decálogo de actuación para la recuperación de la costa. Regenerar los ecosistemas dañados, mayor control del tráfico marítimo en el litoral, apoyo a los sectores afectados, un servicio público de salvamento marítimo o un protocolo de actuación frente a catástrofes son algunas de las medidas.
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