El segundo hijo de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin, Pablo, de 22 años, ha dado muestras de ser un joven excepcionalmente educado y templado, como prueba el hecho de que nunca haya rehuido las preguntas de la prensa sobre él y su familia, ni siquiera cuando se acababa de conocer la relación de su padre con su novia, Ainhoa Armentia.

Pablo, que es jugador profesional de balonmano, como lo fue su padre, está jugando este año con el Granollers, después de haber pasado por varios clubes, entre ellos el Barcelona, donde Iñaki fue una de sus estrellas durante años.

A la salida de un partido en la localidad barcelonesa, el joven respondió a las preguntas de un reportero, que le preguntó cómo se encontraba en su nuevo equipo. Pablo respondió varias veces que todo "muy bien", hasta que el periodista le interrogó por si su padre, Iñaki, iría a verle algún día. "No lo sé", contestó Pablo.

Eduardo Parra Europa Press

El periodista le quiso recordar unas palabras, según él, dichas por Pablo, acerca de que no le gustaba que su padre fuera a verle jugar. Pablo, visiblemente molesto, pero sin perder la flema, aseveró: "Yo nunca he dicho eso" y concluyó "ya veremos" cuando le insistieron en si le gustaría ver por allí a Iñaki.

Pablo Urdangarin cumplirá 23 años en diciembre próximo. Mientras que sus hermanos han orientado sus vidas al estudio, él alterna el balonmano profesional con la formación en Empresariales. Desde hace un tiempo sale con Joahanna Zott, una excompañera del Liceo Francés, de cuando vivió en Barcelona.

Su padre, que vive en Vitoria junto a su abuela Claire, ha ido a Barcelona numerosas veces a verle jugar. Igual que su madre y sus hermanos, Juan, Miguel e Irene, y su prima Victoria Federica.