El abaratamiento de las casas por la crisis facilita la democratización de la domótica

  • Las viviendas inteligentes, un reclamo para un mercado decaído.
  • Una virtud que tiene esta tecnología: el ahorro de energía.
  • El control electrónico de toda la casa puede ser el futuro.
  • Por menos de 3.000 euros se puede equipar así la casa.
  • La quiebra de Lehman, de la que se cumple un año, ha tenido un efecto positivo: la bajada de las hipotecas, cuyos índices están en mínimos.
Este tipo de casas, aún escasamente implantadas, tienen mucho futuro.
Este tipo de casas, aún escasamente implantadas, tienen mucho futuro.
Decoesfera
Este tipo de casas, aún escasamente implantadas, tienen mucho futuro.

La domótica (controlar electrónicamente el hogar) tiene la oportunidad de asentarse en los hogares españoles como consecuencia de la crisis, ya que ofrece un valor añadido para promotores e inmobiliarias, al aportarles nuevas herramientas para persuadir a los compradores, sin que el precio final de la casa se vea seriamente incrementado.

Tal y como ha explicado la responsable de la Secretaría Técnica de CEDOM -Asociación Española de Domótica-, Marisol Fernández, en los últimos años la implantación de la domótica se basaba "principalmente en la vivienda de obra nueva, hasta en un 85% de los casos", aunque ahora, con la crisis inmobiliaria, el sector ha "redirigido sus servicios".

Este escenario es el que, según el responsable para Cataluña de Futurasmus, Narcís Saperas, ofrece una "gran oportunidad para la implantación de la domótica en los hogares", y establece el marco idóneo para que las familias se acostumbren a las casas inteligentes que, presumiblemente, tendremos en el futuro.

Esta implantación, matiza Saperas, tiene que ver con el "valor añadido" y con las grietas que se abren en el mercado inmobiliario, que han propiciado la creación de "nuevos escenarios en los que diferenciarse".

Este valor añadido significa que promotores, constructores e inmobiliarias disponen de un nuevo elemento de persuasión para la compra, que suple algunas lagunas del maltrecho modelo de negocio tradicional.

Entre 2.000 y 3.000 euros

La domótica implica la integración y automatización de dispositivos y, en lo que respecta a los precios, una instalación de "domótica básica" puede costar entre 2.000 y 3.000 euros, mientras que en una implantación "alta" el precio es ilimitado.

Quizás uno de los factores que más pueda seducir a los clientes a la hora de adoptar un elemento "inteligente" en sus casas es la vinculación que existe entre la domótica y la cuestión energética: "instalando domótica se puede ahorrar energía, tener un hogar accesible, mejor comunicado, y a la vez más seguro", explica Fernández.

"Lo que es más importante es que lo caro, al final, resulta barato", explica Saperas en relación con el ahorro de energía que comporta la implantación de las llamadas casas inteligentes, "sobre todo se amortiza con el control del clima", continúa.

Por ejemplo, los nuevos avances técnicos han ofrecido la oportunidad de controlar domóticamente la luz artificial que se usa en una casa, con el ahorro de energía que ello supone; de esta manera, los atardeceres no obligarían a encender el interruptor tradicional, sino que automáticamente se regularía el nivel de luz óptimo que los usuarios quieren tener en sus casas.

En este sentido, considera Fernández, "la domótica permite dar respuesta a los requerimientos que plantean las nuevas tendencias de nuestra forma de vida, facilitando el diseño de casas y hogares más humanos, más personales, polifuncionales y flexibles", hecho que contribuye a incrementar "la calidad de vida, facilitando que se desarrollen facetas domésticas, profesionales y de ocio bajo un mismo techo".

Lo positivo de la quiebra de Lehman

Como dice el refrán "no hay mal que por bien no venga", la quiebra de Lehman Brothers ha tenido al menos un efecto positivo para el bolsillo de los españoles, ya que las bajadas de tipos de interés decididas para reactivar la economía han propiciado caídas del euríbor y por ende rebajas en las hipotecas.

Cuando se cumple un año desde la caída del banco estadounidense, el euríbor, el principal indicador para calcular el interés de las hipotecas, se sitúa en mínimos históricos y no deja de encadenar descensos, debido principalmente a las bajadas de los tipos de interés y a las medidas de apoyo a la banca.

Tan sólo quince días después de una quiebra que supuso un punto de inflexión en una crisis financiera que azotaba desde hacía un año, la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo, a los que se unieron los bancos centrales de Inglaterra, Suecia, Canadá y Suiza, se coordinaron para bajar los tipos de interés medio punto porcentual.

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