Es posible que si muchos adultos pudieran, patalearían y llorarían el día que se acaban las vacaciones y hay que volver al trabajo. Por eso es de entender que las lágrimas hayan sido abundantes en el primer día de cole de los 42.960 niños de Infantil y Primaria que ayer recuperaron sus mochilas y se encontraron con sus amigos.

«Estoy a la espera de ver cómo sale porque es su primer día y esta mañana se quedó llorando», afirma una de las madres de los alumnos del García Quintana. Junto a ella hay abuelos, abuelas y tías que esperan ansiosos que los más pequeños cuenten cómo ha ido todo. Incluso algunos traen regalos para que su nieto olvide el mal trago de enfrentarse a un cole nuevo y a compañeros desconocidos.

La tónica general ha sido la normalidad. El único problema ha sido en Campaspero, donde los padres se han negado a que sus hijos entraran en clase como protesta por la falta de un profesor. Ante esta situación, la Junta ha negado que haya menos profesionales que los que corresponden y ha pedido a los padres que todo vuelva a la normalidad.

Novedades

Para todos los que volvieron ayer y los que lo harán en las próximas semanas, el día 14 regresan los de Secundaria, se han construido 5 centros nuevos y se ha aumentado la capacidad de otros 16 en toda la provincia. Además, el aumento de la población escolar en algunas zonas ha obligado a instalar 10 aulas prefabricadas.

Otra de las novedades del curso en la provincia es la puesta en marcha de 6 comedores escolares más, uno en la capital y el resto en diferentes municipios, y la incorporación de 13 centros a la jornada continua, un horario que ya tienen 59 colegios de la capital y 55 de la provincia, según la dirección provincial de Educación.

En total, cuando todos los estudiantes hayan ocupado su silla en la clase, habrá 77.586 alumnos, unos 1.300 más que el curso pasado. La mayoría están matriculados en centros públicos.

Leticia Santiago y Jimena. Madre e hija.  «No estoy asustada por la gripe A»

La vuelta al cole de Jimena ha sido de todo menos triste. «En cuanto ha entrado en la clase se ha puesto a jugar con todos. Eso te da mucha tranquilidad, porque si no, te vas con una angustia...», asegura Leticia. Para su hija de cuatro años éste es ya el segundo año en el colegio y está contenta. «La verdad es que la vuelta es como una liberación, porque ya no sabes qué hacer tanto tiempo libre con ella ni qué actividades pueden entretenerla».

Además de la normal preocupación de madre, Leticia no siente especial miedo a la temida gripe A. «Creo que nos infunden más miedo del que realmente merece. La gente que está muriendo es porque ya tiene otras enfermedades. Si estás sano, no debe de haber problema, aunque habrá que estar pendiente».

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