A FONDO | Las abejas africanizadas que están matando en Centroamérica

Cuatro nicaragüenses, incluida una menor de 8 años, ha muerto este lunes a causa de las picaduras de un enjambre de abejas africanas, después de que el autobús de pasajeros en el que viajaban cayera en un abismo en el departamento de Jinotega, en el norte de Nicaragua.
Cuatro personas, incluida una menor de 8 años, han muerto este lunes a causa de las picaduras de un enjambre de abejas africanas en el norte de Nicaragua.
Cuatro nicaragüenses, incluida una menor de 8 años, ha muerto este lunes a causa de las picaduras de un enjambre de abejas africanas, después de que el autobús de pasajeros en el que viajaban cayera en un abismo en el departamento de Jinotega, en el norte de Nicaragua.

Para conocer el origen de las abejas africanizadas hay que conocer a Warwick Estevam Kerr, un investigador brasileño experto en la genética y la determinación del sexo de las abejas. 

En 1956, este científico importó a Brasil abejas de origen africano con el objetivo de mejorar genéticamente a la abeja europea que se encontraba en Latinoamérica. Quería obtener una especie nueva que produjera mucha miel y fuera resistente al clima de su tropical país.

Sin embargo, algunas abejas reinas africanas y zánganos sin fecundar se escaparon tras un descuido en el laboratorio Genética de Río Claro, en San Pablo. Los zánganos fugitivos se cruzaron con las abejas que proliferaban en los montes aledaños, produciéndose una nueva especie: “La abeja africanizada”. La fecundación ocurrió sin ningún control y hubo un aumento de la agresividad de la especie.

Las abejas viajaron por toda Latinoamérica

Desde entonces, los descendientes de estas colonias se han extendido por todo el continente, moviéndose a través de la cuenca del Amazonas en la década de 1970, cruzando a América Central en 1982 y llegando a México en 1985.

Las primeras abejas africanizadas se descubrieron en 1985 en un campo petrolero en el Valle de San Joaquín, en California. Los entomólogos en abejas teorizaron que la colonia no había viajado por tierra, sino que llegó escondida en el interior de unas tuberías de perforación enviadas desde Sudamérica.

En 1988 el periódico The New York Times publicaba la siguiente noticia: “Los Estados Unidos y México, en estrecha colaboración, han puesto a punto un plan para exterminar a las llamadas abejas asesinas, una especie extremadamente agresiva que se está difundiendo a alarmante velocidad en América y que, con su mortífero aguijón, ha acabado con la vida de varios miles de personas y un número indeterminado de cabezas de ganado”.

Pero las abejas no solo resistieron el envite, sino que continuaron su expansión. Las primeras colonias se instalaron en Texas llegadas de México en 1990; y comenzó su expansión a gran velocidad. En Tucson (Arizona) un estudio realizado en 1994 encontró que solo el 15 % de las abejas se había africanizado; tres años más tarde la proporción había subido al 90 %.

Las abejas asesinas en el cine

La llegada de las abejas africanizadas a Estados Unidos espoleó la mente de los norteamericanos a finales de los años 70 y desde entonces ha inspirado hasta trece películas de terror. Las más sonadas son “Abejas asesinas” (“Killer bees”) de 1974 o “Abejas asesinas” (“The swarm”) de 1978. Ambas son totalmente previsibles, tanto como sus títulos en español, todas ellas tienen a Brasil como origen de la invasión.

En el argumento cuentan que para aumentar sus beneficios, los apicultores americanos decidieron importar fraudulentamente una especie de abejas africanas especialmente productivas pero muy conocidas por su ferocidad. Su codicia causa una espantosa catástrofe ya que las abejas resultan ser mortalmente peligrosas. Escapando a todo control, comienzan a invadir el país, matando a su paso hombres y animales.

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