Una segunda oportunidad para los jóvenes marroquíes que abandonaron el colegio

  • Jóvenes marroquíes que abandonaron los estudios pueden aprender una profesión gracias a un centro de FP gestionado por una ONG.
  • Es uno de los proyectos que los 100 expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur han visitado a su paso por Marruecos.
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Irene sonríe mientras Anissa le seca el pelo en el centro de formación profesional Taboula en Tánger.
Irene sonríe mientras Anissa le seca el pelo en el centro de formación profesional Taboula en Tánger.
20MINUTOS.ES
Irene sonríe mientras Anissa le seca el pelo en el centro de formación profesional Taboula en Tánger.

"¡Esto es increíble!", gritaba de alegría este lunes por la mañana Irene mientras Anissa le lavaba el pelo en la peluquería del centro de formación profesional público Taboula de Tánger. "Nos hemos lavado la cabeza en el mar, en un río usando los platos de comida para que el jabón no cayera al agua, en cualquier fuente...", contaba la madrileña, que como otros 100 jóvenes ha viajado por Marruecos durante las últimas semanas con el programa Madrid Rumbo al Sur para conocer de cerca los proyectos de cooperación que la Comunidad de Madrid financia en el país africano.

"¡Es lo mejor de todo el viaje!", ha bromeado sin poder contener su alegría, mientras Anissa, una de las alumnas de la escuela, le secaba el pelo. "¡Pero que no me alise el pelo, eh! Que lo tengo rizado y con este corte va a quedar muy feo", decía, coqueta, mientras unos cuantos expedicionarios soltaban una carcajada.

La escena ha tenido lugar en el centro gestionado por la ONG Codespa y su socio local Atil, donde promueven la educación de jóvenes que han abandonado la escuela. Según datos oficiales, unos 300.000 jóvenes marroquíes, entre el 15 y el 20% de los chicos en edad escolar, abandonan las clases cada año.

Muchos de ellos dejan de asistir a la escuela cuando acaba primaria, a los 12 años. El principal motivo es que aunque hay muchas escuelas de primaria cerca de las zonas rurales, las de secundaria suelen estar a muchos kilómetros y las conexiones en medios de transporte público suelen funcionar mal. Por ello, son sobre todo las mujeres las que dejan de asistir al colegio ya que sus padres temen que al salir de la escuela, ya de noche, les pueda pasar algo.

Peluquera por vocación

Inaugurado el pasado mes de abril, 56 alumnos del centro Taboula esperan a que comiencen sus prácticas dentro de unos días después de haber recibido tres meses de formación. De momento, los alumnos del centro han recibido clases de peluquería y pastelería (con muchas salida en Marruecos, sobre todo en la época de Ramadán y en verano, cuando muchos lugareños vuelven a su país para casarse), pero a partir de octubre se impartirán, además, clases de electricidad, corte y confección e informática.

Anissa, la chica que secaba el pelo a Irene, es una de las alumnas que se ha animado a aprender una profesión. Esta joven, de 29 años, dejó el colegio a los 12 "porque estaba lejos de casa". Asegura que ha elegido la peluquería por vocación y que sus amigas le piden que las peine cada vez que se ven. Se apuntó porque vio un anuncio y cuenta que lo que más le gusta es cortar y teñir el pelo, hacer peinados y maquillar a las novias. Anissa comenzará las prácticas en una peluquería a principios de octubre, cuando finalice el Ramadán y con una sonrisa tímida confiesa que se muere de ganas de que llegue ese día.

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