Aunque millones de swifties habían creído en que el amor algún día llamaría a sus puertas gracias a que Taylor Swift parecía haber encontrado a su media naranja en Joe Alwyn, la noticia de su ruptura a principios de semana de que la pareja había roto su relación dejaba descorazonados a tantos y tantas fans de la artista, que quizá ahora descubren que ni las mejores historias tienen que tener un final feliz. O, como canta la propia artista en White Horse: "Happy endings, now I know" [Finales felices, ahora lo sé].

Porque el timeline de la pasión entre la futura milmillonaria  y el intérprete de La favorita, algo más de un año menor que ella, es, sobre todo, hermético. Apenas hay fotografías de ambos juntos, nada de mensajes en redes sociales y sus aparicions públicas se pueden contar con los dedos de la mano. Todo en seis años de relación. Y sin embargo se creó alrededor de ellos una especie de mito de relación perfecta, de las que no cabe dudar porque están hechos el uno para el otro.

Y quizá haya dos razones que pesen más que nada en el porqué de todo ello: la primera es, sin lugar a dudas, de dónde venía Taylor, pues el emoticono más repetido en su Instagram era la serpiente y se la venía como una devoradora de hombres, saliendo con multitud de celebrities y tildándola la opinión pública como "la mala" de la relación —algo que no solo no ha sido cierto siempre, sino que ella le ha logrado dar la vuelta al contar su versión en sus canciones—; la segunda, que sus fans prefirieron creer.

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Todo empezó en mayo de 2016, en la MET Gala, donde (probablemente) se conocieron. Ella aún salía con Calvin Harris, pero en su canción Dress, sacada el año siguiente en su disco Reputation da la primera referencia de su amor, asegurando en un verso que recuerda cuando él tenía un corte de pelo denominado "buzz" y ella el pelo "decolorado", descripción que coincide con ambos aquel día. No sería hasta octubre de aquel año, un mes después de Swift hubiese roto con Tom Hiddleston, que ambos asisten a un concierto de Kings of Leon. No lo hicieron juntos, pero la semilla pronto florecería.

En noviembre ella asiste al preestreno de la última película de Alwyn, Billy Lynn’s Long Halftime Walk, de Ang Lee. En algún momento entre esa noche y mayo de 2017, cuando salen a la luz las primeras noticias de su relación, la cantante y el actor deciden de forma clara que no serán abono de la prensa amarilla. Swift está harta de fotografías de paparazzis (como las de Hiddleton) o de fotografías en Instagram (como con Harris) y lo mantendrán siempre, exceptuando un amor común: sus gatos, Olivia, Meredith y Benjamin.

Sin embargo, en junio los fotógrafos les captan en Nashville, donde se dice que Alwyn conoce a sus suegros, y en julio en Nueva York, donde parecen desesperados por ir de incógnito, con las capuchas de sus sudaderas y un gran paraguas, a pesar de que no llovía. Pero no lo oculta más: en octubre les revela a algunos fans que la canción Gorgeous [Espléndido] es sobre Alwyn.

La siguiente parada es Ed Sheeran, a finales de ese 2017: primero el cantautor británico prácticamente confirma la relación y luego ambos, en diciembre, son vistos acurrucados juntos en uno de sus conciertos. En 2018, aparte de subir publicaciones parejas a Instagram, junto al mismo cactus, Alwyn rompe su silencio sobre Swift —primero dice que no quiere hablar de ella, poco después asegura que le parece bien su activismo político y ya a finales hablará por primera vez de por qué prefieren alejarse de las redes en lo que se refiere a su amor— y luego Taylor postea un clip de la nueva cinta de él, La favorita, y va a su premiere.

Tras un par de galas en las que asisten por separado pero se van juntos, comienzan los rumores de una posible pedida de mano. Nada se confirma, pero no hacen sino aumentar cuando en agosto de 2019 Taylor Swift lanza un disco inspirado por el amor más puro, lejos de los desengaños que empapaban los anteriores. Lover es un increíble éxito y los fans disfrutan diseccionando las letras, pues muchas relatan hechos y momentos de su relación.

Ese año pasarán varios momentos importantes juntos —la actuación de ella en el Saturday Night Live, Acción de Gracias, las vacaciones, las navidades— y en 2020, tras sentarse juntos en los Globos de Oro, se estrena Miss Americana, el documental de Swift que sin embargo decepciona algo a los fans, pues aunque se saltan la política de no aparecer juntos públicamente, lo hacen muy poco.

Tras ello, la pandemia. Poco antes se sabe que han hablado por fin de matrimonio, pero entonces toca la convivencia. Y esta vez sí no pueden evitar algunas publicaciones similares, en la misma casa y con sus gatos. No será hasta después del confinamiento cuando salga folklore, el disco de Swift en el que Alwyn aparece en los créditos de varias canciones, algo que también ocurrirá con Evermore, a finales de ese 2020.

Pero para descubrirlo los fans no paran de buscar conexiones en cada canción, rebuscando en las letras minuciosamente y en quienes las han compuesto, hasta dar con el nombre de William Bowery, casi obligando a Swift a reconocer que este es un trasunto de Alwyn.

Eso sí, acallará la artista los rumores de que están comprometidos, si bien poco después alegra a sus seguidores añadiendo que ambos están por la labor de abrir su relación en redes sociales. Esto, sin embargo, no ocurre demasiado, como tampoco sirvieron las palabras de Swift, puesto que las habladurías de futura boda continúan.

El 2021, de hecho, es un año en el que apenas si dan algunas noticias como pareja, más allá de que Swift le nombra en los agradecimientos en un discurso en los BRIT Awards y que a Taylor le gusta una publicación de su pareja en Panamá. Para cuando comienza 2022, Alwyn por fin habla de su relación algo más relajado en varias entrevistas, si bien ni confirma ni desmiente que se hayan prometido.

Tras un verano en el que son cazados besándose, paseando y cenando juntos, y con la llegada de sus nuevas canciones, Swift deja su historia de amor grabada en el videoclip de Lavender Haze, pues en un plano aparece un vinilo de su propia canción Mastermind, que escribió pensando en Alwyn, y cuya portada son sus dos signos zodiacales (ella es sagitario; él, piscis).

Y llega The Eras Tour. Justo antes, la revista People afirma que Joe no asistirá a cada uno de los conciertos de Taylor, pero que estará en todos aquellos en los que pueda ir por motivos de agenda. A día de hoy, que se sepa, no ha ido a ninguno. Y, finalmente, han roto. Según los medios norteamericanos, hace algunas semanas, y quizá por eso Swift ha llegado a llorar con algunas de sus propias canciones coescritas con él en sus shows. Según han declarado las fuentes, han quedado como amigos.