Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

Postal de Venecia

Venecia, una ciudad tomada por los turistas.
Venecia, una ciudad tomada por los turistas.
EUGENIO MERINO
Venecia, una ciudad tomada por los turistas.

Querido lector, le escribo desde Venecia, donde he venido a visitar la 59 Bienal de Arte, una cita indispensable para los amantes del arte contemporáneo y un destino imprescindible para el resto de la humanidad, que también se encuentra aquí. Venecia es una ciudad que respira historia en cada esquina, recorrer sus callejones estrechos atestados de turistas es embriagador, relajarte en una trattoria con el sonido de fondo de las maletas arrastrándose por los adoquines en un traqueteo infinito. Disfrutar de las largas colas de gente para visitar el Palacio Ducal o la catedral de San Marcos, hoy enfundada en andamios por las obras, pero lo que es más curioso, observar con asombro las colas para entrar en la tienda Louis Vuitton, un establecimiento exclusivo que encuentras en todas las áreas de lujo de las grandes ciudades. Y cómo olvidar sus góndolas, atoradas en los pequeños canales, en una suerte de atasco medieval como el que sufrimos en Madrid un lunes en la M-30.

Esos canales, que hoy sirven de photocall continuo, donde las soñadas estrellas de cine han cambiado los stilettos por sandalias con calcetines y la lentejuela por la camiseta empapada en sudor. Perderte en sus orillas es casi hipnótico, como lo es perderte entre los cientos de puestos cargados de souvenirs que te impiden atisbar el trasiego de los barcos. Y aquí, desde el salón de mi piso turístico, le escribo esta postal, con la nostalgia del viajero y la culpa del turista que es parte de este escenario dantesco, 20 millones de visitantes cada año en una cuidad donde apenas sobreviven 50.000. Larga vida a Venecia, si el turismo masivo no la convierte en un bonito recuerdo, incluso antes que el cambio climático.

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