Perros

El lhasa apso, un pequeño perro protector, nervioso y muy confiado con su familia

Lhasa apso.
20minutos

El Tíbet es una región llena de cadenas montañosas, cañones y valles profundos con uno de los climas más fríos de China. Si pensamos en un perro que pueda tolerar esa orografía y su ambiente, es probable que antes nos venga a la mente la imagen de un animal como el impresionante mastín tibetano que un perrillo que no alcanza los 30 centímetros a la cruz. Sin embargo, esa es la historia del lhasa apso. Criados durante siglos como perros guardianes y compañeros en los aislados monasterios tibetanos, su larguísimo y grueso pelo oculta una anatomía compacta y musculosa para mantenerse en perfectas condiciones en un entorno tan inhóspito.

Los lhasa apso tenían un importante reconocimiento en la cultura tibetana, por lo que los monjes no permitían con ligereza que uno de sus preciados perros saliera de los monasterios por mucho interés que mostraran los visitantes. Se podían, si acaso, entregar como obsequio, pero solo si los monjes consideraban que se era digno de recibirlo.

El primer lhasa apso en llegar a Europa pudo ser en 1854, pero no podemos saber con exactitud si era un lhasa apso dado que había una confusión entre varias razas tibetanas y se englobaban bajo el mismo nombre: lhassa terrier. En 1930, el explorador naturalista Charles Duydam Cutting, fue una de las escasas personas extranjeras consideradas dignas y recibió por parte del mismísimo Dalai Lama una pareja de lhasa apso que fueron los primeros en llegar a Estados Unidos y se convirtieron en la base de toda la línea genética del lhasa apso en este país norteamericano.

Resistentes, obstinados y braquicéfalos

El lhasa apso en su entorno familiar es un perro cariñoso, sin llegar a ser dependiente, con cierta terquedad en el aprendizaje, por lo que requiere un guía con conocimientos de la raza y una personalidad consistente y motivada. Pese a su tamaño, y debido a la funcionalidad inicial de perro de protección, no se intimida ante la provocación o el acoso y puede responder de forma activa si la situación es conflictiva, rasgo que se debe tener en cuenta si va a convivir con niños pequeños y que necesita la supervisión de adultos en las interacciones.

Su pelo largo y abundante, con mucho subpelo, precisa cepillados regulares. Como muchas otras razas, se puede recortar lo necesario para facilitar su cuidado y que no se moje, ensucie o arrastre todo tipo de hojas y ramas al alcanzar el suelo, y también para despejarles la visión sin tener que utilizar gomas para mantener el flequillo recogido, pero el pelado mediante máquina está totalmente desaconsejado, ya que su pelo le protege tanto del frío como de los rayos de sol y las quemaduras. En cuanto a colores, admite una buena variedad que pueden consultarse en su estándar de la Federación Canina Internacional.

El lhasa apso es una raza braquicéfala, y una de las que está prohibida criar o poseer en Noruega desde 2019, pero dentro de las razas que padecen braquicefalia, no ha pasado por una selección extrema y resulta naturalmente sana y longeva, siempre que la moda no lleve a radicalizar su hocico, que es corto pero no plano como el del shih tzu.

No existe club oficial de criadores ni bolsa de adopción, por lo que para ampliar información y localizar criadores se puede acudir a la Real Sociedad Canina de España. Recomendamos, en cualquier caso, plantearse la adopción de alguno de los perros que se encuentran en albergues y protectoras buscando un hogar, o consultando grupos de difusión como Perros Mini-Pequeños en España en Adopción.

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