También a los perros el amor les ayuda a dormir mejor, un estudio muestra los beneficios de un buen vínculo con sus dueños
- Para este estudio, han utilizado el mismo método que se utiliza para evaluar el apego entre madres e hijos.
En psicología, el apego se define como un vínculo social en el que la figura del apego representa un “refugio seguro” para el apegado. Esta relación afectiva tiene un impacto directo ayudando a reducir el nivel de estrés y a generar una sensación de seguridad.
Un estudio recientemente publicado por el departamento de etología canina de la Universidad Eötvös Loránd, en Budapest, Hungría, demuestra que los perros duermen mejor y su sueño es más reparador cuando mantienen un vínculo afectivo fuerte con sus dueños. Este lazo de apego afecta a la calidad y patrón del sueño, es decir, el tiempo que pasan en las etapas del mismo, y a su actividad cerebral.
Para llegar a esta conclusión, examinaron la actividad cerebral de los perros mediante una electroencefalografía (EEG), un método no invasivo, en un entorno desconocido donde pidieron a los 42 dueños y a sus respectivos perros que han formado parte del estudio que se echaran una siesta.
Para identificar el nivel de apego, los investigadores analizaron la relación que mantenían y si el dueño, en este caso, mostraba una actitud cariñosa, de apoyo y acompañamiento a su perro en el entorno desconocido. Posteriormente, midieron el nivel de estrés de los perros cuando sus cuidadores o dueños se iban de la habitación, y sus actitudes a solas hasta que sus cuidadores regresaban (si mostraban inquietud o el tiempo que permanecían junto a la puerta). Así, pudieron codificar y puntuar la fuerza del apego entre los 42 participantes. Posteriormente, a través de los electrodos del encefalograma, y cuando perros y dueños se echaron la siesta en el laboratorio, de duración de una a tres horas, pudieron registrar la calidad del sueño y la actividad cerebral de los animales.
Cuanto más estrecha y positiva era la relación entre perro y dueño en la escala de apego, los canes pasaban más tiempo en la etapa del sueño profundo, o NREM, la etapa en la que no hay movimiento ocular rápido, por lo que se extrae que la presencia de su dueño o guía y sobre todo el vínculo afectivo que han formado, si es positivo y profundo, les proporcionaba una sensación de seguridad y un ambiente más reconfortante, favoreciendo que el perro se relajara y se sintiera a salvo.
Por el contrario, entre las parejas de perro y dueño que presentaban menos apego o vínculo entre sí, estos animales pasaron menos tiempo en la etapa de sueño profundo, de manera que su descanso era ligero y su lenguaje corporal más tenso y a la defensiva, preparados para reaccionar rápidamente en caso de una amenaza.
En los humanos, la neurociencia ya ha hallado evidencias de que el apego afectivo nos influye en la calidad del sueño, y que descansamos más y mejor cuando estamos junto a personas con las que nos unen lazos emocionales profundos. Con este estudio, los investigadores revelan que para los perros domésticos, y en un entorno desconocido, la existencia de esta relación social estrecha también supone un fuerte componente de tranquilidad y seguridad.
Tal como ha señalado en el comunicado de prensa Cecília Carreiro, la veterinaria etóloga que ha encabezado el equipo de investigadores: “Dormir en un lugar nuevo por primera vez suele ser estresante. Este estudio sugiere que, gracias a su presencia, un dueño que ha creado un vínculo afectivo con su perro le proporciona un entorno de seguridad y confianza, favoreciendo que puedan relajarse y descansar mejor”.