Apenas había amanecido este martes en la costa este estadounidense, cuando un tiroteo en el metro en el distrito de Brooklyn sacudía en lo más hondo a la ciudad de Nueva York e interrumpía drásticamente el inicio de la jornada de decenas de pasajeros. Recién despertados y de camino a la que creían una rutinaria jornada más, vieron cómo el ataque en las entrañas del municipio dejaba al menos 29 heridos, diez de ellos de bala, y sembraba el caos desde primera hora.
El terror se desató en hora punta, a las 8.24 horas de la mañana, en un tren de la línea N del metro con dirección a Manhattan cuando se disponía a entrar en la estación de la calle 36 de Brooklyn con la cuarta avenida. A bordo, el sospechoso —vestido con un chaleco verde como los usados por los operarios de obra y los trabajadores del suburbano— se puso una máscara de gas, sacó de una bolsa dos botes de humo y los abrió. Cuando la visibilidad comenzó a disminuir, empezó a disparar y alcanzó a varias personas en el metro y en el andén. Según las autoridades, realizó hasta 33 disparos.
Este martes por la noche, el balance de heridos ascendía a 29 personas, según los hospitales, de las cuales 10 fueron alcanzadas por las balas. Cinco de ellos se encuentran en estado crítico, pero estable, y no se teme por su vida, según informó la jefa de la Policía neoyorquina, Keechant Sewell, en una conferencia de prensa en las inmediaciones de la estación donde tuvo lugar el suceso. Además de las víctimas de los tiros, varios ciudadanos sufrieron daños por la inhalación de humo, por la metralla o al intentar huir, explicó.
En la estación de metro escenario del ataque, las autoridades recogieron una pistola y varios cargadores de alta capacidad. El arma, una Glock, estaba aparentemente encasquillada, un problema que pudo impedir al tirador causar daños aún mayores, según comunicaron fuentes policiales al diario New York Post. Además, los investigadores recuperaron del lugar de los hechos fuegos artificiales y pólvora, con los que supuestamente el agresor creó una cortina de humo, de acuerdo con la CNN.
Fugado
Este martes por la noche la Policía seguía buscando de los disparos, un hombre negro relativamente joven de aproximadamente 1,65 metros de altura y unos 80 kilos de peso, que se encontraba fugado. "Este individuo sigue aún huido y es peligroso", subrayó la gobernadora del Estado, Kathy Hochul, en la misma rueda de prensa. Durante su intervención, Hochul fue categórica al referirse a lo ocurrido: "Decimos basta, decimos basta a los tiroteos en masa. Tienen que terminar y hacerlo ya".
A última hora de la tarde, la Policía de Nueva York anunció que había identificado como "persona de interés" por el ataque a Frank James, un hombre de 62 años al que las autoridades estaban buscando "con todos los recursos" disponibles, aunque todavía no se había establecido si es el autor de los hechos.
Según explicó el jefe de la unidad de detectives de la Policía de Nueva York, James Essig, las autoridades encontraron en la escena del crimen una llave de una furgoneta de alquiler de la compañía U-Haul, que a su vez llevó a la localización del vehículo en una vía principal de Brooklyn, que ha sido acordonada y está siendo investigada.
James fue identificado como la persona que alquiló la furgoneta, y la policía estaba tratando de "localizarle para determinar su conexión con el tiroteo del metro, si es que hay alguna", dijo el jefe policial. "Las dos escenas del crimen, el metro y la furgoneta, siguen muy activas y aún se están procesando", subrayó Essig.
Las fuerzas del orden pidieron la colaboración ciudadana para encontrar a Frank James, y ofrecen 50.000 dólares de recompensa por cualquier información que pueda llevar a su localización.
Descartado un acto de terrorismo
Se desconoce todavía el motivo del tiroteo, pero la Policía aclaeró que no lo está investigando como un posible acto de terrorismo, según informó la jefa de la Policía neoyorquina, Keechant Sewell,. Tampoco está claro si fue premeditado.
Tras el ataque, quedó suspendido el servicio en las líneas de metro D, N y R en Brooklyn y en algunos puntos de Manhattan, por lo que los trenes en esas líneas y otras experimentaron retrasos.
La Policía afirmó estar inspeccionando "todas las estaciones y trenes". En la zona alrededor de la parada, ubicada en el barrio de Sunset Park, las calles se cortaron al tráfico, las escuelas han sido parcialmente confinadas y se concentaron numerosas ambulancias y unidades policiales.
En un primer momento, trascendió la presencia de artefactos explosivos en el escenario del tiroteo, algunos sin detonar, una información que fue después desmentida por las autoridades.
Tras las primeras actuaciones, la Policía del Estado de Connecticut y de Nueva Jersey estaban ayudando en la monitorización de la situación con la de Nueva York, que pidió la colaboración ciudadana y estaba recopilando fotos y vídeos de los testigos.
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