En concreto, las reservas para esta semana en los pisos turísticos valencianos oscilan entre el 85% de las plazas del interior y la Costa Azahar de la provincia de Castellón y el 95% de los alojamientos de la ciudad de València y la Costa Blanca de Alicante.

De acuerdo a las cifras de la plataforma, la Comunitat recupera también el turismo internacional, aunque con niveles un 10% inferiores a los de la Semana Santa de 2019, al igual que en otros destinos competidores como Canarias, Catalunya, Baleares o Andalucía.

Benidorm (Alicante) es el destino valenciano que lidera la llegada del turismo extranjero, ya que más de la mitad de sus 6.500 apartamentos turísticos reglados están reservados esta semana por turistas, mayoritariamente del mercado británico y alemán.

Ante estas cifras, el presidente de la APTUR CV, Miguel Ángel Sotillos, se muestra satisfecho por la evolución de las reservas en Semana Santa, destacando que demuestran la consolidación del alquiler vacacional de corta estancia como modalidad alojativa mayoritaria, "gracias a las ventajas de privacidad y competitividad que ofrecen tanto al turista tradicional, individual o familiar, como al nuevo turista profesional, cultural o nómada digital".

De hecho, las viviendas de uso turístico (VUT) ya representan el 55% de la oferta alojativa de la Comunitat, hasta el 65% en la provincia de Alicante, y generan un impacto anual de más de 1.700 millones de euros.

RECHAZO A LA TASA TURÍSTICA

La patronal de los apartamentos turísticos espera que esta Semana Santa sea el preludio de la recuperación económica del sector tras dos años de pérdidas. Pide así a la Generalitat que descarte la aplicación de la tasa turística: "No es el momento de gravar al sector con más impuestos, sino de intentar recuperar entre todos el turismo en la Comunitat con campañas de promoción que hagan frente a una posible contracción de los mercados por la guerra en Ucrania y la subida del precio de los combustibles".

Este mismo lunes, los partidos del gobierno valenciano (PSPV-Compromís-UP) presentaron su propuesta de tasa turística, de entre 50 céntimos y dos euros, que podrán aplicar los ayuntamientos cuando pase un año de moratoria desde su aprobación. Tendrá un coste según la categoría del establecimiento -hay varios exentos- y los consistorios podrán establecer dos tramos anuales para su aplicación en función de la temporada turística.

La tramitación de este impuesto finalizará previsiblemente en noviembre, con lo que no podrá aplicarse antes de 2024 teniendo en cuenta la moratoria. En general, los ingresos se destinarán a inversiones y gastos vinculados a la promoción, impulso, protección, fomento y desarrollo del turismo sostenible.