La ciudadana francesa acusada de espionaje en Irán reconoce los hechos y pide perdón

  • Clotilde Reiss está siendo juzgada por espionaje.
  • Sarkozy exige la liberación de la ciudadana francesa.
  • Un funcionario de la Embajada Británica en Irán juzgado culpa en su declaración a Reino Unido de incitar a las protestas.
  • Las claves de la llamada 'revolución verde'
La ciudadana francesa Clotilde Reiss, en el juicio en Teherán.
La ciudadana francesa Clotilde Reiss, en el juicio en Teherán.
REUTERS
La ciudadana francesa Clotilde Reiss, en el juicio en Teherán.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, exigió este sábado la liberación inmediata de la ciudadana francesa Clotilde Reiss, quien comparece ante la Justicia iraní acusada de espionaje y de incitar a la violencia postelectoral en la república islámica. La ciudadana francesa ha reconocido su implicación en los disturbios registrados en Irán tras las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio y ha pedido disculpas y clemencia por los "errores" cometidos en este sentido. Además reconoció haber llevado un "informe" de los acontecimientos a la embajada francesa.

Reiss fue arrestada en Teherán, capital de Irán, el pasado 1 de julio en el aeropuerto de Teherán por cargos de espionaje y de incitación a la violencia cuando se disponía a abandonar el país, donde estuvo cinco meses impartiendo clases de francés en la ciudad de Isfahan. "Está acusada de recolectar información y de alimentar el desorden público", según la agencia semioficial de noticias Fars.

El director de la división Política y de Seguridad de la Embajada Británica en Irán, Hosein Rasam, que también está siendo juzgado este sábado en Teherán por delito de espionaje, ha declarado que las autoridades británicas "interfirieron claramente" en los disturbios postelectorales registrados tras las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio, según informa la agencia semioficial iraní Fars.

Conspiración contra la seguridad

Reiss y Rasam están siendo juzgados en estos momentos por un tribunal iraní junto a un grupo de simpatizantes moderados a los que se les acusa de organizar las protestas que estallaron tras las elecciones del pasado 12 de junio en las que el presidente Mahmud Ahmadineyad revalidó su cargo tras unos polémicos comicios.

La semana pasada, cerca de un centenar de simpatizantes de la línea política "moderada" en Irán, fueron acusados de varios cargos entre los que se incluye el de conspirar contra la seguridad nacional, lo que está castigado con la pena de muerte, según la ley iraní.

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