«Los que no tienen trabajo vienen buscando formación en oficios relacionados con el turismo y los servicios, porque el sector constructor ha expulsado a muchos», corrobora Óscar Llopis, secretario general de UGT en L'Alacantí. Por el plan de formación de este sindicato han pasado más de 500 trabajadores en un año, mayoritariamente jóvenes.

Mal pagado

Se trata de un camino de vuelta, un regreso al pasado de los años 80, cuando «casi cualquiera se ponía una camisa blanca y un pantalón negro y ya era camarero», recuerda Llopis.

Ahora ya no. Hace falta profesionalidad y cualificación para no dar aquella imagen al turista. En los 90, el tirón del ladrillo atrajo a muchos, que dejaron la hostelería, porque siempre ha estado mal pagada. Algo que no ha mejorado, a pesar de que ahora se relance.

Aunque las contrataciones en la hostelería esta campaña estival son inferiores a otros años, según la agrupación provincial APEHA.

Entre un tercio y la mitad de los trabajadores que han acudido a UGT para formarse -según tengan empleo o estuvieran parados- se han interesado por instruirse o reciclarse en actividades de servicios. También, muchos de estos jóvenes albañiles se muestran dispuestos a cambiar de ramo y hacerse fontaneros, electricistas... trabajos manuales que suelen ser un valor seguro en el mercado.

«Esto también demuestra que no es cierto eso que se dice de que el trabajador tiene un empleo para toda la vida», subraya Llopis.

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