ERC y Junts han hecho este miércoles ademán de acercar posiciones en el debate de política general en el Parlament y han dejado en un segundo plano sus desavenencias acerca de la mesa de diálogo con el Gobierno. Ambas formaciones han subrayado la importancia de rehacer la unidad independentista en la cámara catalana, después de que la CUP haya hecho saber que presentará una propuesta de resolución para impulsar un referéndum en esta legislatura, que se someterá el jueves a votación y que podría dividir todavía más a los socios de Govern. 

Sin embargo, JxCat ha caído de nuevo en el quien es más y quién es menos. Su presidente en la cámara catalana, Albert Batet, ha subrayado que el de Cataluña "no es un gobierno de subordinación, y sí de coalición", porque ambos partidos "lograron un empate técnico en las elecciones", por lo que ha pedido "cultura de coalición". Y no se ha quedado aquí, sino que ha asegurado: "Llegará un día, esperamos que más pronto que tarde, que Puigdemont volverá a Cataluña como ciudadano libre, como presidente del 1-O y como presidente legítimo, porque su vuelta y la del resto de exiliados representará la recuperación de la libertad de Cataluña".

Además, aunque desde Junts se han centrado menos en la mesa de diálogo que en otras ocasiones, Batet ha advertido de que no se puede negociar con un Gobierno que, a su juicio, vulnera el estado de derecho y se salta la justicia europea, y ha puesto como ejemplo la detención del expresident Carles Puigdemont.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que este miércoles, en la apertura del pleno, ha pedido a Junts y a la CUP que se suban al "tren de la negociación", ha optado por poner la mirada en la votación de este jueves en el hemiciclo y ha contestado: "Tenemos que hacer el esfuerzo para que el resultado del debate sea lo más unitario posible. Estoy convencido de que reafirmaremos lo que es esta cultura de coalición".

No obstante, el discurso de Aragonès, más que en responder a Junts, ha puesto el acento en contestar a la CUP, a la que ha pedido ceñirse al pacto de investidura, que no incluye "fechas concretas" para celebrar un referéndum.

"Tenemos que generar las condiciones para ejercer el derecho en la autodeterminación y lo tenemos que hacer. Pero trabajemos primero en las condiciones y la correlación de fuerzas y después ya vendrán las concreciones de calendario. Esto es lo que hay en el acuerdo y lo que haremos", ha dicho.

Además, ha reprochado a la CUP hacer pública su propuesta en los medios en lugar de habérsela hecho llegar antes para discutirla y trabajarla previamente. El presidente del Govern ha respondido así a los ‘cupaires’ después de que el diputado de la formación Carles Riera le haya reclamado: "President, ponga fecha al referéndum" y que sea "antes de 2025".

Riera ha pedido a Aragonès que tenga "la inteligencia política" de utilizarlo "como un elemento de presión en la mesa de diálogo", pues ha considerado que la consulta es "el elemento que más tensiona al Estado y es legible por la comunidad internacional". También ha defendido que debe haber "un nuevo ciclo de conflicto" y de "movilización y desobediencia sostenida".

Por otro lado, Riera ha afirmado que su formación ha pasado "del escepticismo a la perplejidad" con respecto a la mesa de diálogo con el Gobierno, que considera "un fracaso rotundo".