La guerra de bandas echa por tierra las políticas de integración

El tercer muerto desde noviembre en enfrentamientos que la Policía atribuye a Latin King y Ñetas pone en solfa la estructura pública de apoyo en la Comunidad a los jóvenes inmigrantes.
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EFE
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«¿Qué está pasando en las calles de Madrid?». La pregunta que formula el Defensor del Menor, Pedro Núñez Morgades, nace de la guerra entre bandas juveniles que luchan por territorios urbanos o pretenden vengar muertes, agresiones y agravios. Desde noviembre de 2004, los enfrentamientos se han cobrado, según la Policía, la vida de tres personas.
El último en morir fue el muchacho ecuatoriano apuñalado siete veces el viernes en la plaza Elíptica de Carabanchel. Se llamaba Wilson Fernando Ríos, tenía 17 años y, según su familia, no pertenecía ni a los Latin King ni a los Ñetas, las dos principales pandillas. Lo enterrarán en Ecuador.

Mientras la Policía sostiene que las bandas son un fenómeno emergente y peligroso, el Defensor del Menor ahonda en la raíz del problema: la «falta de sensibilidad y medios públicos para integrar a estos chicos en la sociedad».

El secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España, Walter Vivanco, cree que «haría falta más atención» por parte de los servicios sociales para unos jóvenes que pertenecen, en su mayoría, a familias desestructuradas y pasan «todo el tiempo libre en la calle».

Otra cuestión sin aclarar es el número real de pandilleros que se mueven por algunos barrios de Madrid. Para Vivanco, se trataría de un «porcentaje bajísimo» de la colectividad de jóvenes ecuatorianos. La Delegación del Gobierno ha cuantificado la cifra en 1.000.

El ‘proceso de paz’ de Barcelona

La facción más numerosa de los Latin King de Barcelona enarboló la bandera blanca hace unos meses e inició un proceso de paz, según publicó 20 minutos. El apoyo que recibieron de las instituciones públicas, que les cedieron locales de reunión, logró lo que parecía imposible. «En Madrid la situación es preocupante», dice el antropólogo y profesor universitario Carles Feixa, al comparar la actitud de los poderes públicos en ambas ciudades. «Prohibir sólo conduce al crecimiento de las pandillas, a que sean más violentas y poderosas», añade Feixa, el único investigador español del fenómeno.

 «Un buen muchacho»

Wilson Fernando Ríos, el chico ecuatoriano de 17 años que murió apuñalado el jueves en Madrid, era «un buen muchacho», según su hermano Rodrigo, que negó la relación de la víctima con pandillas. La Policía detuvo a tres menores sospechosos aquella misma noche.

Pedro Núñez Defensor del Menor

«Los servicios sociales tienen que salir a la calle»

El Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, vuelve a pedir que las tres Administraciones, central, regional y local, «adopten el propósito común de solucionar la integración» de los chicos que pertenecen a bandas.

Otro varapalo a las administraciones.

Sí. Y no es el primero.

¿Confía en que le harán caso esta vez?

Eso espero, porque esto hay que abordarlo ahora mismo, porque cada madrileño se está haciendo la misma pregunta: ¿qué es lo que está pasando en las calles de la Comunidad?

¿Tiene usted respuesta?

Estos chicos están solos, en las calles, sin atención, con falta de educación y valores, armados... Los delitos son cada vez más violentos y la reincidencia aumenta. Hay suficientes razones para tomarse en serio el tema. La convivencia se está deteriorando.

¿Dónde está el fallo?

Todos estamos fallando, porque los menores no son de uno ni de otro, sino de todos, de la sociedad entera. Tenemos que actuar juntos de una vez.

¿Soluciones policiales o sociales?

Ambas. La Policía debe evitar nuevas venganzas y requisar las armas: los chicos no pueden andar con navajas. Los trabajadores sociales deben salir a la calle. Los ayuntamientos los han metido en oficinas, de ocho de la mañana a tres de la tarde, y eso no sirve para nada.

¿Se debe hacer algo desde la legislación?

Propondré que los padres sean responsables de las multas que los jueces impongan a los hijos. De todas, no sólo de las del botellón.

La represión policía especial

La Policía madrileña ha dedicado una de sus unidades a la represión de las bandas. La Brigada Provincial de Información dice tener identificados a más de 400 pandilleros. La Delegación del Gobierno asegura que hay 1.000.

La estadística sólo el 5%

El profesor de antropología de la Universidad de Lleida Carles Feixa, coautor del libro Pachucos, malandros, punketas, asegura que sólo el 5% de los jóvenes latinos que viven en España está en alguna de las pandillas, no todas violentas, de Madrid y Barcelona.

La guerra territorio retiro

El apuñalamiento mortal del jueves ocurrió un día después de que una reyerta en un parque del distrito de Retiro acabase con un herido grave. Fuentes policiales dicen que Latin King y Ñetas se disputan este territorio.

Los muertos jóvenes cadáveres

Tres víctimas mortales en Madrid desde noviembre son vinculadas por la Policía a la guerra de bandas. Los muertos fueron un chico colombiano, de 20 años, en Carabanchel, un ecuatoriano, de 29, en Arganzuela y el muchacho del jueves.

La nación hermandad eterna

Las pandillas latinas son globales. Se consideran ‘naciones’ o ‘pueblos’ y sus integrantes se ayudan allá donde estén. Muchos chicos inmigrantes encuentran en ellas la hermandad, acogimiento y hasta un cierto sistema de valores.

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