El Festival de Benicàssim, en jaque por el viento y un conato de incendio

  • Las fuertes rachas de viento obligaron a suspender más de la mitad de los conciertos previstos.
  • Un incendio causó una espectacular humareda  junto al recinto.
  • Paul Weller no llegó a terminar su actuación.
  • Todo sobre el FIB | FOTOS: Benicàssim sube sus decibelios
Varios operarios retiran del escenario una pancarta que ha sido desprendida por el viento durante la actuación de Tom Tom Club.
Varios operarios retiran del escenario una pancarta que ha sido desprendida por el viento durante la actuación de Tom Tom Club.
20 minutos
Varios operarios retiran del escenario una pancarta que ha sido desprendida por el viento durante la actuación de Tom Tom Club.

Sorry, sorry, sorry”. Eran las palabras de uno de los responsables del FIB a las 21.50 del viernes desde el escenario principal del festival, el Verde.

Paul Weller se retiraba del escenario antes de apurar sus 60 minutos de concierto y la organización explicaba que el viento, que en aquellos momentos jugueteaba con los focos y hacía volar una de las telas que lo cubría, les obligaba a cerrarlo temporalmente por seguridad.

Casi una hora antes otro de los escenarios del Festival de Benicassim, el FIb Club, donde se esperaba al artista Corcobado, había sido clausurado por la misma razón y, sólo a unos metros, la banda Magazine interrumpía su directo tras ofrecer apenas dos temas de su nuevo repertorio. Estas dos carpas ya no se abrirían después.

No fue el único contratiempo al que el festival tuvo que enfrentarse durante su segunda jornada: un pequeño incendio a pocos metros del lugar donde éste se celebra cubría a las 20.50 horas una parte del recinto con un preocupante humo negro que hacía temer lo peor, y los primeros compases de los temas de Paul Weller tuvieron que competir con el ruido de las sirenas de los coches de bomberos.

Aunque el artista supo ganarse al público –mayoritariamente británico- con la interpretación de sus canciones más conocidas, su aparición no pudo enderezar una velada que había empezado con mal pie. El resto de cabezas de cartel, Kings of Leon y Maximo Park, no se atrevieron a subir al escenario y fueron los bailones Tom Tom Club los encargados de poner un precipitado broche final a la a la 1 de la madrugada, cuando deberían haberlo hecho a las 4. El resto de directos fueron cancelados.

El buen humor, sin embargo, reinó entre los presentes, que recibieron con buena cara cada nueva tormenta de arena y cada ráfaga que atentaba contra la integridad de los chiringuitos de comida y bebida. Lo importante era la fiesta, parecían pensar, y tenían toda la pinta –muchos de ellos disfrazados, o incluso en tanga- de estarlo pasando pipa.

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