Entre el 1 de julio de 2008 y el 31 de junio de este año, 406 trabajadores de la sanidad de Castilla y León han sufrido una agresión. La mayoría, 313, eran mujeres, frente a 93 hombres.

Así consta en el registro de la Junta, que ayer aprobó crear un observatorio para realizar un seguimiento de las agresiones y estudios que permitan conocer mejor la situación.

La mayoría de las agresiones son verbales (64%), pero también las hay físicas (19%) o psicológicas (17%). En 197 casos, el agresor fue un varón y en 96 una mujer. Y en 35 ocasiones intervinieron ambos sexos.

El agresor suele ser el propio paciente, más que los acompañantes. Su actitud viene derivada por el trato y la espera, pero también por trastornos de la persona, la asistencia recibida o incluso problemas de drogas.

En este primer año de análisis se han registrado cuatro sentencias con penas de cárcel por delito de atentado al personal de la sanidad pública.

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