La obra, que cuenta con la reproducción a tamaño real de una cabina de avión sobre el escenario, busca que los espectadores pierdan el miedo a volar y que se rían mucho, según explican desde el centro cultural avilesino.

Partiendo de una espectacular e impactante recreación del accidente del vuelo 052 de Avianca, el director Enrique Piñeyro hace reflexionar a la audiencia sobre cómo se ha construido el miedo a los aviones.

Con un sentido del humor ácido e inteligente, habla del error humano, de los fallos y absurdos de la comunicación y contrapone situaciones de la vida cotidiana con la aeronáutica. La publicidad, la política, la educación y la salud son las "víctimas" principales de la ironía más mordaz de Piñeyro, quien busca demostrar que el mundo sería un sitio mejor si funcionara como los aviones.