Más oscura, pero también más cómica y, sobre todo, con grandes dosis de romanticismo adolescente. Este miércoles se estrena en las carteleras españolas Harry Potter y el misterio del príncipe, el sexto capítulo de una serie que ha hecho de J. K. Rowling una escritora de fama universal y de esta franquicia una de las producciones más largas, costosas y también rentables de todos los tiempos.

Una vez más, Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson retoman sus papeles de los jóvenes magos Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger, en un curso escolar de Hogwarts que marcará un antes y un después en su historia.

Un reparto de lujo

A los talentos habituales como Michael Gambon en el papel del centenario profesor Dumbledore, Alan Rickman (el inquietante Severus Snape) y Helena Bonham Carter (la histriónica Bellatrix Lestrange), se une como primicia el veterano actor británico, ganador de dos Oscar, Jim Broadbent (Moulin Rouge, Iris, Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario) encarnando al profesor de pociones Horace Slughorn.

Se trata de un nuevo personaje, aparentemente afable, pero también vanidoso, que guarda un oscuro secreto que le abruma. Es un profesor de Hogwarts retirado, pero clave para conocer el pasado de Tom Riddle y qué fue lo que le llevó a convertirse en el malvado Lord Voldemort.

Se da la casualidad -o tal vez no- de que el niño que debuta interpretando a Tom Riddle es Hero Fiennes Tiffin, sobrino del actor Ralph Fiennes, que a su vez encarna al malvado Voldemort (no presente en esta entrega).

Pociones de amor

Los mortífagos están causando estragos tanto en el mundo de los Muggle como en el de los magos, y aunque Hogwarts ya no es el refugio seguro que era en otro tiempo, los estudiantes se ven amenazados por un adversario muy diferente: las pociones de amor.

Los impresionantes partidos de Quidditch -cada vez más parecidos a las rudas secuencias de Rollerball- darán lugar a toda clase de cruces amorosos: Harry se siente atraído por Ginny Weasley, pero en su camino se interpone el novio de Ginny, Dean Thomas, y la severa vigilancia de su hermano mayor, Ron.

Ron tendrá novia por primera vez, Lavender Brown, lo que provocará los celos de Hermione, quien a su vez se ve acosada por el arrogante Cormac McLaggen.

Entre tanto, tratarán de averiguar quién es el príncipe mestizo, el antiguo dueño de un libro lleno de enigmáticas notas.

Un estudiante permanecerá ajeno a todos estos asuntos. Tom Felton repite en el papel de Draco Malfoy, elegido por el propio Voldemort para llevar a cabo una oscura tarea que él acepta de buen grado, deseoso de ser el orgullo de su padre, un mortífago preso en Azkaban, y de adquirir una posición similar a la de su eterno enemigo: Harry Potter.

La pérdida de la inocencia

"Para mí, las películas siempre han tratado sobre la pérdida de la inocencia", dice Daniel Radcliffe, protagonista de Harry Potter. "Cuando Harry llegó al mundo de los magos, todo era increíble, brillante y, en cierto modo, puro. Pero a medida que se han ido sucediendo las películas, eso se ha desintegrado por completo".

Por otro lado, también la relación entre Harry y el viejo Dumbledore va más allá de la de director y alumno. Es casi un hijo para él, pero una vez más "le pide demasiado". Ambos se embarcan en un peligroso viaje que devendrá en un épico final.