El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, advirtió este martes de que el exceso de endeudamiento de muchas familias y empresas en "algunos" países ha agravado la crisis y va a retrasar la recuperación económica, que se podría producir a principios de 2010, aunque insistió en que por ahora los niveles de incertidumbre son "enormes".

En opinión de Fernández Ordoñez, la recuperación económica tendrá que ver más con el acierto en las políticas macroeconómicas -monetaria y fiscal-, y con el apoyo del sistema financiero o de las reformas estructurales, "tan imprescindibles" en muchos países.

Insistió en que "es fundamental adoptar ahora reformas estructurales", tanto en el mercado laboral como en otros sectores productivos, para que España no se encuentre con "serias dificultades" para converger con los países desarrollados cuando se salga de la crisis.

A su parecer, el mercado laboral y otros mercados "precisan de un marco más competitivo y flexible" para situar a España en una buena posición de partida. Durante la inauguración del XI Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid, el gobernador del Banco de España también elogió la supervisión bancaria realizada en España para hacer frente a la crisis.

Además, hizo hincapié en la necesidad de que el sistema financiero proporcione información "fiable y transmitida a tiempo" para permitir el correcto funcionamiento de los mercados y lamentó la falta de "transparencia suficiente" en el origen de la crisis financiera actual.

Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria

También defendió que el real decreto-ley que regula la reestructuración del sistema financiero (el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria -FROB-) respeta las competencias de las comunidades autónomas, por lo que confió en que el Congreso lo convalide este miércoles con "el mayor consenso posible".

El gobernador defendió que el plan aprobado por el Gobierno "responde perfectamente a la situación española" y pone mucho "cuidado" antes de asignar dinero del contribuyente, al tiempo que exige una profunda reestructuración a las entidades que reciban ayudas.

En su opinión, esos principios son los que delimitarán las "manos libres" que tendrá el Banco de España para promover la reestructuración de la banca española.