Los agentes de la Policía Nacional se desplazaron al lugar de los hechos requeridos por el servicio de vigilancia de la estación, donde intentaron sin éxito convencer a la mujer para que saliera del aseo.
Ante el temor de que al abrir por la fuerza la puerta la mujer pudiera lesionarse en un eventual forcejeo, los agentes solicitaron la presencia de una dotación de la Policía con medios y formación adecuados para hacerse cargo de la situación.
Tras otra conversación también sin éxito, la Policía decidió finalmente derribar la puerta y reducir a la mujer. Una vez controlada la situación, ésta fue trasladada a su centro hospitalario de referencia por la ambulancia que ya se encontraba en el lugar.
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