Los jóvenes de Málaga podrán brindar a partir del próximo fin de semana por el Ayuntamiento, pero lo tendrán que hacer en privado, ya que desde el viernes no es legal hacer botellón en ningún lugar de la ciudad: el botellódromo del paseo de los Curas pasa a mejor vida, forzado por las obras del puerto y porque no se ha encontrado una ubicación satisfactoria.
La alternativa municipal pasa por persuadir a los bares de copas –cada uno hará lo que quiera– para que aumenten los descuentos en las primeras horas de la noche (ya había rebajas de hasta el 50%) y que este plazo se amplíe hasta las 2.30 horas. Además, para evitar que haya botellones ilegales está previsto un dispositivo de 50 policías locales.
- Jóvenes. El colectivo Estudiantes Críticos –con cuatro representantes en el Consejo de Gobierno de la UMA– no está de acuerdo con la medida: «El Ayuntamiento ha estirado la retirada del botellódromo hasta después de la elecciones europeas. Ahora, los jóvenes de Málaga estamos abandonados».
- Vecinos. La federación vecinal Civilis cree que Málaga ha sido una de las pocas ciudades «donde se ha estado protegiendo la bebida en la calle y con vigilancia policial», por lo que está de acuerdo con la supresión. Por su parte, desde Solidaridad, donde creen que el Consistorio ha tomado la medida sin consultar con los vecinos, sólo apoyarían el fin del botellódromo si de verdad viniera acompañado de una rebaja en los bares de copas. Por último, en Unidad no comulgan con la decisión municipal y estiman que impulsará varios recintos ilegales en el centro de la capital.
- Empresarios. Los hosteleros de Aehma aplauden la eliminación y han tendido la mano para colaborar con el abaratamiento de las consumiciones que propone el Consistorio.
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