El 94,3% de los comerciantes del barrio barcelonés de Sant Antoni cree que desde que se hizo la 'superilla' los usuarios de sus establecimientos tienen dificultades para acceder con vehículo privado, según una encuesta promovida por las entidades de comerciantes de la zona. Un 81% destaca que la señalización de prioridad de circulación es poco entendedora. 

Piden mejoras en este ámbito para "evitar excesos de velocidad", según ha indicado Lídia Nuñez, presidenta de la asociación Som Sant Antoni. 

Un 83% también piensa que la limpieza del barrio no es la óptima, con parterres poco cuidados y "plagas de ratas" en algunos lugares por el levantamiento de calles. 

Un 82% pide más zonas de carga y descarga o ampliación de horarios y el 54,3% afirma que ha perdido ventas desde que se instalaron.

El 47,2% de los comerciantes encuestados afirma que desde septiembre pasado ha tenido ventas similares a las conseguidas antes de la implantación de la superilla, pero el 45,3% afirma que ha tenido menos, mientras que un 7,5% asegura que las ha aumentado. "A esto hay que sumar el periodo de obras, que supone unas pérdidas de ventas irrecuperables del 40%", ha apuntado Nuñez.

En este contexto Nuñez ha pedido, en nombre del sector, zonas de aparcamiento gratuito, así como una revisión del transporte público, "especialmente el trayecto de las líneas de autobuses que ha hecho perder visitantes al barrio".

Ante la implementación de nuevos proyectos urbanísticos similares en Barcelona, el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, ha pedido un estudio de impacto económico y la colaboración público-privada en "decisiones urbanísticas que afecten a las actividades de los ejes comerciales".

En esta línea, los comerciantes de Som Sant Antoni recuerdan que pidieron al consistorio barcelonés la realización de un informe de impacto económico a los comerciantes, pero que la propuesta fue desestimada.