La ampliación del hospital de Cruces, en marcha desde hace más de un año, ha colisionado de frente con Metro Bilbao, nunca mejor dicho. Las obras para la construcción de un edificio de servicios anexo al centro hospitalario perforaron el túnel del metro y dejaron sin servicio la línea 2 el pasado lunes durante dos horas y media.

Más de 200 personas tuvieron que ser evacuadas a través de las cavernas del suburbano y miles de ciudadanos se quedaron sin servicio.

A consecuencia del incidente, el Consorcio de Transportes, la entidad competente en el trazado de metro, ha paralizado la obra, ya que no contaba con la autorización necesaria de esta entidad, según explicó ayer el director gerente del organismo, Juan Cruz Nieves.

Así lo ha comunicado el Consorcio tanto a la dirección de obra como a Osakidetza, responsable de la ampliación del hospital. «Nadie, absolutamente nadie, se puso en contacto con nosotros ni para facilitarnos información ni para pedirnos autorización», aseguró Nieves. Debe ser el Consorcio de Transportes, dijo, el que dé el visto bueno a toda obra que se realice junto al metro.

En concreto, la perforación en la roca para colocar el anclaje de un muro de los cimientos del nuevo edificio llegó hasta la misma bóveda del metro. La máquina taladradora penetró en el túnel de metro, bajo el hospital de Cruces, y rompió parte de la catenaria y de la conexión eléctrica del suburbano, lo que originó el cortocircuito que dejó sin energía al metro.

Debido a ello, los operarios del metro tuvieron que tapar el boquete creado, de unos 15 o 20 centímetros, por el que «entraba hasta agua». «El anclaje no sólo superó la profundidad de seguridad, que es intocable, si no que entró 1,8 metros por debajo», explicó Nieves.

Para continuar las obras de edificio hospitalario, el proyecto deberá ser modificado. El Consorcio reclamará a Osakidetza los daños causados en los túneles y en el servicio.

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