Zaragoza empezará a recibir agua del Pirineo a partir del próximo lunes, aunque en un primer momento se mezclará al 50% con la del Canal Imperial, ya que hasta que no esté acometido el recrecimiento del embalse de Yesa el abastecimiento no será definitivo al cien por cien, según acordaron ayer el Consistorio con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Este acuerdo, unido a la reciente reforma de los depósitos de Casablanca, supondrá una mejora en la calidad del agua de boca. Sin embargo, «hasta que no se reforme la red de tuberías de la ciudad, no habrá una diferencia considerable con la de ahora», explica Paco Iturbe, miembro de Ecologistas en Acción.

Y es que casi el 40% de los 1.300 km de tuberías de la ciudad no están formados por material moderno, lo que provoca roturas casi a diario (con la consiguiente perdida de agua y la posibilidad de mezclarse con residuos). «Es importante que el esfuerzo de traer agua del Pirineo no se desperdicie en fugas y esperamos que se amplíe el esfuerzo en reforzar la red de abastecimiento», opina Manuel Ortiz, presidente de la Unión Vecinal Cesaraugusta.

Aun así, a partir del lunes la calidad del agua mejorará en sabor, al reducirse el uso del cloro (utilizado para hacerla más potable). Además, contendrá una menor carga de cal, lo que alargará la vida de los electrodomésticos y de las tuberías.

El acuerdo fija un suministro de 30 hectómetros cúbicos al año procedente de Yesa. El coste de la explotación ascenderá a 1,8 millones de euros al año que asumirá el Consistorio zaragozano con cargo a sus presupuestos, pero no supondrá un recargo en el recibo hasta 2015, fecha en la que se empezará a amortizar el servicio.

Por otro lado, la Asociación Río Aragón pide que se cumpla la prioridad del abastecimiento del río Aragón, ya que les parece «inaudito que para tener agua del Pirineo se recurra al recrecimiento de Yesa».

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