Cuando un cliente entra en el mercado, compra por valor de una media de 53,38 euros, que varia según el día. Así, una mañana de entre semana el gasto es de 36,46 euros, y se eleva a 43,19 por las tardes. Sin embargo, los viernes por la tarde y los sábados por la mañana la media se eleva a entre 64 y 65 euros, según el Ayuntamiento.

Los productos más adquiridos son el pescado y el marisco (78%) y la carne (74%), que sirven como motores de atracción. De hecho, los mercados del 30 al 35% de cuota de total del alimento fresco. El 60% de clientes compra en el supermercado de los que tienen en su interior y el 40% en las tiendas del entorno, lo que confirma su rol de dinamizador comercial.

La facturación, situada entre los 950 y los 1.100 millones de euros anuales, representa del 7,5% al 8,7% del conjunto del comercio minorista de la ciudad. La alimentación supone el 80% de los beneficios. El 20% restante se lo reparten entre el comercio no alimentario, supermercados y bares y restaurantes.

Emplean a unas 8.000 personas, la mayoría a tiempo completo. El 60% de las paradas tienen al menos una media de dos trabajadores a jornada completa. El 52% de comerciantes tienen de 30 a 49 años, con una media de antigüedad de los establecimientos de 25 años, según el estudio realizado en marzo para el que se entrevistó a 240 operadores y 2.000 clientes en diez mercados.

Carnes afirmó que los mercados son "un valor a preservar", y más en crisis, ya que generan empleo, refuerzan el comercio de proximidad y "hacen barrio y ciudad". Añadió que Barcelona es un modelo de calidad de vida por mantener 40 mercados, a diferencia de otras ciudades europeas, equipamientos que son "garantes de la salud por su especialización en producto fresco".