No sólo es propiedad del personaje de dibujos animados Arale o del Sònar de este año. Un estudiante ha recurrido a una escatológica caca para criticar la capacidad persuasiva de la publicidad para «vender productos innecesarios manipulando los valores de la sociedad para generar dinero».

Pinta cacas de perro en la calle y las vende simbólicamente en Internet. Es Miquel Costa (25 años, Barcelona, estudiante de Gráfica Publicitaria) y presenta su proyecto en la Escuela de Artes Serra y Abeja de L'Hospitalet de Llobregat. «He creado una marca, una imagen gráfica y lo intentamos vender. También vemos cual es la reacción de la gente», apunta.

La crítica ha llegado a camisetas, pintadas, pegatinas e irónicas banderitas. Hasta 296 ciudadanos, intrigados, han entrado ya en la web www.thedogshit.com, interesados en comprar una de las cacas. «No vendemos la mierda, pero sí regalamos una idea: que cada día la publicidad nos vende cosas absurdas», afirma.