Ya lo cantaba El último de la fila hace años, «cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana», y la crisis económica actual lo deja claro. No que la gente se quiere menos, sino que se animan mucho menos a pasar por la vicaría.

El año pasado, la provincia vallisoletana registró un 5,6% menos de bodas que en 2006. En total, 2.362 parejas se animaron a decir el «sí, quiero», frente a las 2.504 que lo hicieron dos años antes.

El bajón puede parecer pequeño, pero las previsiones apuntan a que será mayor durante 2009 y 2010, con un 7% y un 10% de descenso, respectivamente, según Bodaclick.

La mayor bajada fue entre las bodas religiosas, 163 menos en el mismo periodo. Por el contrario, los matrimonios civiles aumentaron en 21.

La causa clara es el parón económico y el aumento del paro, dos razones de peso teniendo en cuenta el coste medio de esta celebración, unos 18.000 euros, algo menos que lo que los novios estaban dispuestos a gastarse años atrás y una cantidad más baja que la media de comunidades como Valencia, Cataluña o Madrid, entre otros casos.

Este total eleva a 75 euros por invitado el precio medio del cubierto de bodas en las que el número de invitados suele ser de unos 150. Tanto en la provincia como en la Comunidad, lo que triunfa son las bodas de tarde, es decir, con cena. Estas celebraciones suponen un 76% del total, frente al 23% de almuerzo. Esta diferencia provoca que, en algunos restaurantes, el banquete de la comida sea más barato. Septiembre es el mes mayoritario.

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