Su atención se reparte entre los apuntes que hay que revisar a última hora, las preguntas de los compañeros, los nervios y alguna que otra cámara de televisión, pero a todos les une la misma inquietud: aprobar.

La Selectividad arrancó ayer en Valladolid, al igual que en el resto de provincias de Castilla y León, y lo hizo con los tradicionales nudos en el estómago, falta de sueño y miedo a qué pasará.

«Creo que me ha salido bien, no ha sido muy difícil», reconocía María, una de las alumnas que se examinaban.

La prueba comenzó con el tradicional examen de Lengua Castellana, común para todos. «Me han preguntado el tema tres y yo he contado el cuatro», lamentaba Pedro.

Las opciones de literatura para desarrollar eran a elegir entre la novela española desde 1939 hasta 1970 o el modernismo y la generación del 98, temas bastante repetidos en ediciones anteriores.

Por otra parte, los futuros universitarios tuvieron que decidir si analizaban un texto de Juan Manuel de Prada publicado en XL Semanal, en el que se hablaba del turismo y de los viajes, o uno de Enrique Murillo en El País sobre el libro y su futuro tecnológico.

En total, 1.719 vallisoletanos harán hasta mañana los diferentes exámenes que marcarán su futuro y decidirán la nota media con la que podrán elegir su carrera universitaria. Como siempre, los que quieran estudiar Medicina, Enfermería o Periodismo, entre otros, necesitarán una nota más alta.

El año que viene, muchos cambios

Los exámenes de ayer serán los últimos que se hagan de la forma conocida hasta el momento. La adaptación a Bolonia introducirá cambios para el año siguiente, como unas pruebas diferentes para los que quieran entrar en carreras con límites de plaza.

Los que quieran subir nota podrán hacerlo con un examen extra. El año que viene ya habrá 10 titulaciones adaptadas a Europa.

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