Algo similar les ocurre a los vecinos de Robregordo (62 personas), donde sólo una línea "con poca frecuencia" conecta el municipio con la capital. Ellos son algunos de los 600.000 madrileños (el 10%) que carecen de un adecuado servicio y que pueden tardar hasta 30 minutos en alcanzar una parada de transporte público, según explican desde Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

Pero no sólo son las zonas pequeñas o los municipios de la sierra norte los que padecen estos problemas. "Las zonas urbanizables de Madrid se han incrementado un 49,2%, sobre todo en el anillo de la M-40 y la M-50, y esta población no tiene acceso al transporte público", explica el presidente de AEA, Mario Arnaldo.

Según dice, esto afecta especialmente a las "decenas de urbanizaciones que han crecido estos años en torno al anillo metropolitano, como Las Tablas o Sanchinarro". En una de ellas vive Jorge, un ingeniero de 38 años que confirma que su zona "está mal comunicada y todos nos movemos en coche".

A 600 metros de casa

Pero la Consejería de Transportes rebaja considerablemente el número de madrileños que no tienen transporte público cerca de casa. Según la última Encuesta de movilidad de la Comunidad de Madrid (de 2006), sólo un 2% de la población (120.000 madrileños) carece de una parada de transporte público (metro, bus o Cercanías) a menos de 600 metros de su domicilio.

El resto, es decir, el 98% de la población, sí dispone de una parada a menos de esa distancia, y el tiempo necesario para llegar a ella no supera los diez minutos, aplicando la regla que establece que andamos un metro por segundo, aseguran desde la Consejería.

No obstante, los datos municipales del primer Informe del estado de la movilidad en la ciudad de Madrid 2006-2008 (fechado en febrero de 2009) parecen confirmar que hasta los madrileños de la capital tienen problemas para moverse en transporte público.

Según la encuesta de consumo, realizada entre abril y noviembre de 2008 a 3.516 personas, el 12,5% reconoció no disponer de transporte público en su zona, y un 10,6%, tener a "excesiva distancia las paradas o estaciones".

Desde el Foro de Movilidad Sostenible aseguran que el mayor problema "lo tienen los núcleos pequeños de la región" y proponen una especie de "taxis colectivos" para cubrir las necesidades de movilidad de estas zonas.

En primera persona

Mariela Sánchez 36 años, vecina: "Uso el coche para todo". Desde hace seis años reside en la urbanización Club de Campo, en la carretera de Burgos, y está acostumbrada a "usar el coche para todo" porque "con niños no puedo depender de un bus tan alejado y poco frecuente", asegura. En casa, ni ella ni su marido utilizan el transporte público, que queda fuera del recinto residencial. De hecho, a diario aprovecha su viaje a la calle Padre Damián de Madrid (donde trabaja) para dejar a su hijo de cuatro años "en el colegio". Por sus empleadas sabe que, además, el interurbano "es muy caro".

Verónica Bonilla 33 años, trabajadora: "Tengo 20 minutos hasta la casa". Su viaje empieza cada mañana en San Agustín de Guadalix (donde vive) para terminar en la urbanización Ciudalcampo (en la A1, donde trabaja). Cuando baja del autobús 193 sabe que aún le espera un buen trecho para llegar a su destino. "Tengo 20 minutos hasta llegar a la casa y siempre voy andando", explica. Dentro de la zona residencial hay una ruta, pero... "suelo perderla porque el autobús no es puntual y coge muchos atascos", cuenta resignada. A la vuelta, "si pierdo el interurbano, tengo media hora hasta que vuelva a pasar", dice.

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