Un clavo quita otro clavo. Del mismo modo, un vicio se puede superar con otro vicio. Por eso, a quienes intentan dejar de fumar les da por comer, por morderse las uñas o por sostener un objeto entre los dedos. Pero estas manías se pueden sustituir por otra más saludable: comer pipas.

Los fumadores que paseaban este domingo por Príncipe Pío tuvieron la oportunidad de poner en práctica este truco para dejar su adicción. La Asociación Americana del Girasol, en el marco del Día Mundial sin Tabaco, puso en marcha una curiosa iniciativa. Diez jóvenes paraban a los adictos al humo y les ofrecían un pacto: "Te doy una bolsa de pipas si me das tus cigarros, tu mechero o elpapel de fumar".

La mayoría aceptaba, aunque a regañadientes. "Nadie nos ha dejado el paquete entero. A la gente le cuesta mucho dar un cigarro", decía una de las azafatas. A su lado, la basura se llenó hasta arriba de tabaco. En total, repartieron 2.500 bolsas de pipas a otros tantos fumadores.

"Prefiero las pipas de fumar"

Alguno, incluso, aprovechó para hacer una promesa: "Me estaba pensando dejar de fumar, es complicado, pero hoy puede ser un buen día", comentaba la joven Karima. Sin embargo, otros no lo tienen tan claro: "Ahora me comeré unas cuantas pipas, pero me temo que no dejaré de fumar", se lamentaba Florentino. Y unos pocos no tienen remedio, como Pepe: "A mí me gustan más las pipas de fumar que las de comer".

Al menos, todos estuvieron un buen rato sin humo."Hasta que no acabas la bolsa de pipas, no dejas de comer. En todo ese tiempo, olvidas los cigarros", se alegraba Javier.

Menos humos que hace 20 años

Un 33% de los madrileños fuman, aunque cada vez lo hacen menos. El descenso ha sido mayor en el caso del sexo masculino. Ahora son adictos al tabaco el 33% de los varones madrileños, mientras que hace 20 años fumaba el 58%. Entre las mujeres, el porcentaje se ha mantenido invariable durante todos estos años: son adictas el 33,3% de las chicas. El tabaco mata cada año unas 5.500 personas en la región.