Desde que el rastro se trasladó al antiguo aparcamiento sur de la Expo (el pasado mes de noviembre), las quejas y denuncias por suciedad en el mercadillo se han disparado. Los vecinos están presentando unas 200 quejas al mes por motivos de suciedad a la Policía Local, mientras que en su anterior ubicación (en los alrededores del Príncipe Felipe y antes en La Romareda) eran unas 20. Hasta finales de abril ya se habían tramitado 70 multas a los comerciantes.

«La situación se complica todavía más los días que hace mucho viento. Además, aparte de los cartones y de los plásticos, muchas veces se abandonan los objetos que no se han logrado vender, como mesillas, lámparas o aparatos electrónicos», explica Encarna Mihi, presidenta de la asociación de vecinos de La Almozara.

En un domingo de gran afluencia pueden llegar a pasar por el mercadillo casi 70.000 personas. En total, a lo largo del aparcamiento de la Expo se distribuyen casi 700 puestos, contando los del antiguo rastro de La Romareda y los de la plaza de Toros.

La Junta del rastro, conscientes de la situación, ya han hecho un llamamiento de colaboración a todos los comerciantes para ayudar en la limpieza. «Es una labor de todos, además del propio Ayuntamiento, mantener el recinto limpio. En los últimos meses hemos notado una mejoría del 80% y seguimos luchando», explica Jesús Carbonell, portavoz de los Comerciantes del Rastro.

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