Katy Perry tiene claro qué hará con los extravagantes y recordados atuendos que ha lucido a lo largo de su trayectoria profesional: cuando llegue el momento, pasarán a ser propiedad de su hija, Daisy Dove.
"Me gustaría que esos diseños vuelvan a ser utilizados. Desde luego, ella tendrá carta blanca para asaltar mi armario cuando le apetezca", reveló la cantante, de 36 años, en una entrevista con Pop Sugar.
La artista reconoció que no quiere que sus vestidos acaben en museos ni en casas de subastas, pues estos podrían ser aprovechados por su hija en el futuro.
"Necesito que alguien les dé una nueva vida, que vayan a algún lado. Pero también soy consciente de que Daisy podría acabar siendo gótica y de que me diría: 'No, mamá, muchas gracias", barajó la intérprete estadounidense.
En agosto del pasado año, Katy Perry y su pareja, el actor Orlando Bloom, dieron la bienvenida a su primera hija en común. El nombre de la pequeña fue elegido en honor a la madre de la cantante.
La pareja comenzó a salir en 2016 y, aunque en 2017 cortó su relación, la ruptura duró únicamente 10 meses: a principios de 2018, ambos artistas se dieron una segunda oportunidad.
De hecho, la cantante apareció en el programa de Jimmy Kimmel a finales de febrero de este año y allí reveló que Bloom le pidió matrimonio durante un viaje a Los Ángeles.
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