Iggy Pop ha vuelto. Y lo ha hecho con más de 25 álbumes a sus espaldas y convertido en
crooner para entonar los temas de su nuevo trabajo,
Préliminaires (EMI), a la venta esta semana. Su principal motivo: estar "
harto de escuchar a un puñado de brutos idiotas golpeando guitarras para hacer música mala", explica.
El cantante se ha aficionado a ese jazz clásico de "Nueva Orleans, tipo Louis Armstrong o Jelly Roll Morton...", y explica en el libreto del disco que
esto de ponerse un esmoquin y grabar clásicos de Antonio Carlos Jobim o Jacques Prévert es porque siempre le gustaron "las baladas tranquilas".
Carne cruda y mantequilla
El álbum, pensado especialmente para el público de Francia y en general que hablen francés, se inspira también en la obra del poeta, novelista y ensayista francés
Michel Houellebecq, sobre todo en su libro
La posibilidad de una isla, que leyó "en un hotel de la costa francesa con gran placer".
Siempre revolucionario, el cantante de 62 años ha dejado deja a un lado aquellas actuaciones
en las que saltaba desnudo al escenario, se embadurnaba con carne cruda y mantequilla e incluso se laceraba el pecho con trozos de botellas, para convertirse en un chico formal.
Iggy Pop es líder de
The Stooges, banda pionera del punk de los 60 y 70, y lleva 25 años de carrera paralela en solitario. En
Préliminaires
ha contado con la ayuda del productor Hal Cragin. La novelista gráfica y directora de cine franco-iraní
Persépolis) se ha ocupado de la imagen.
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