Los hechos, según se desprende de la sentencia, ocurrieron entre 2014 y 2017, cuando el condenado fue extrayendo "distintas cantidades de la cuenta bancaria de sus tías", aprovechándose de su condición de autorizado.

Un dinero que "nunca se empleó en satisfacer las necesidades de las ancianas", que eran personas dependientes "pero nunca fueron incapacitadas".

Los magistrados han apreciado un delito de apropiación indebida agravada, por lo que han condenado al hombre a la pena de prisión de dos años y multa de ocho meses con la cuota diaria de diez euros.

Además, deberá reintegrar a la masa hereditaria de las ancianas, ya fallecidas, la suma de los 85.000 euros detraídos de la cuenta bancaria.