Lars von Trier no tenía en mente montar el revuelo que causó con Antichrist. O quizá sí. El realizador danés llegó a Cannes con una película que ponía punto final a una de sus peores etapas como realizador. Despues de El jefe de todo esto, el polemico realizador se tomó un descanso cercano a los dos años, a causa de una depresión que le llevó a una crisis creativa. Anticrhrist es la vuelta de von Trier al cine, y de qué manera. El realizador se ha ganado, por derecho propio, el título de agitador oficial de Cannes 2009.

Los pases de prensa fueron una fiesta. Una sucesión de risas y aplausos cuando el director pretendía epatar, conmover y trascender ante la crítica demostraron que la última provocación de von Trier no había tenido mucho éxito. De ahí se pasó a la incendiaria rueda de prensa y las posteriores críticas de la prensa especializada que, salvo contadas excepciones, le han llamado de todo menos bonito.

"¿Podría por favor, por mi bien, justificarse por haber hecho esta película con algo más que una palabra?". Primera pregunta de la rueda de prensa. Respuesta: "No tengo que justificarme ante nadie, hago cine para mí, no para el público o la prensa". Réplica del mismo periodista: "¡Esto es el festival de Cannes, debe justificarse por haber traído esta película!". Con esta pequeña muestra, se puede dar por hecho que la comparecencia de von Trier ante los medios fue calentita.

El danés, con voz temblorosa, intentó salir del paso de la mejor manera que pudo. Y no dudo en ir soltando perlas de vez en cuando, para mayor disfrute de sus detractores. Intentó justificarse tirando hacia lo divino: "No sé porque he traído esta película en concreto. Quizá fue la mano de Dios la que escogió".

No convenció al personal, pero sí que defendió su cinta ante viento y marea. Por si fuera poco, el danés no dudó en autoproclamarse "el mejor director del mundo", para calificar al resto de compañeros de "sobrevalorados". Aunque no sería justo no mencionar que esta apreciación la hizo en un tono jocoso, ante el tiroteo al que se estaba viendo sometido.

La Crítica

Las reacciones en la prensa escrita han sido fulminantes. En los medios españoles se le ha llegado a tachar de "terrorista" y de querer "acabar con el cine". Variety, una de las revistas más influyentes de la industria ha calificado al cinta de "un gran pedo de autor" y los pocos que disfrutaron de la cinta lo dicen con la boca pequeña. The Hollywood Reporter, otra publicación del sector, destaca que mientras el director "pretende conmover al público, lo único que consigue son risas inintencionadas".

Así es von Trier, un tipo capaz de rodar en cámara super lenta las pelotas de William Dafoe o hacer hablar a un zorro moribundo mientras acaba dedicando la cinta a Tarkovsky. Genio y figura. Polemista oficial de Cannes.