La tecnología se ha convertida en el mayor recaudador del Ayuntamiento. Sobre todo, poniendo multas por aparcar en doble fila. El coche de la Policía Municipal dotado de cámaras sobre su techo se ha convertido también un arma tremendamente eficaz contra el mal aparcamiento.

Empezó a recorrer las calles de Bilbao en mayo de 2006 –hace ahora tres años–, y poco a poco ha ido dejando su peculiar impronta. Si el año pasado captó 15.426 coches mal aparcados –y sancionados a la postre–, el año pasado fueron 18.679 multas, un 21% más.

El vehículo circula a 30 ó 40 km/h y, en cada pasada, su mirada es demoledora. La cámara de fotos no perdona.

De las 42 multas diarias de 2007 ha pasado a las 51 de 2008. Pero, tras su moderna tecnología se esconde un tremendo problema en la ciudad, la doble fila.

El coche, denominado desde batiscafo a multamóvil o multacar, empezó a rodar en Bilbao, exclusivamente, para solucionar este problema. El Ayuntamiento partía de una estudio que constataba cómo un vehículo aparcado diez minutos en doble fila y obstaculizando un carril repercute en 700 coches.

Tras la retirada del coche, hacían falta 40 minutos para restablecer la situación. Los coches afectados habrán perdido hasta 30 horas en la espera.

Las multas, así, han aumentado a pesar de que los automóviles pueden aparcar en doble fila cada vez menos. Los pivotes y el ensanchamiento de aceras (con lo que calzada se reduce a un carril), impide aparcar en doble fila.

RECAUDA 7.500 EUROS DIARIOS

Son matemáticas simples. El coche que multa la doble fila por medio de dos cámaras de fotografías es una inversión segura. Cada una de las multas que pone el coche viene a salir a los conductores a unos 150 euros de media (varía en función del recargo), con lo que las 51 multas diarias de 2008 suponen una media de 7.500 euros que fueron a parar a las arcas del Ayuntamiento.

Ese importe, multiplicado por los 365 días del año, se eleva a los 2,7 millones de euros, una buena parte de los cerca de 11 millones que tiene previsto ingresar el Ayuntamiento bilbaíno por la vía de las sanciones de tráfico.

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