La muestra está integrada por 125 obras entre esculturas, dibujos y collages, obras gráficas, obras pictóricas, fotografías y dos vídeos.

En su presentación, la vicealcaldesa y consejera municipal de Cultura y Proyección Exterior, Sara Fernández, ha destacado la amplia trayectoria de Calero, como un referente artístico, "no solo en Aragón -afincado en Zaragoza desde temprana edad- sino a nivel nacional e internacional".

Fernández ha subrayado que esta muestra no es solo una iniciativa para disfrutar del arte y de la cultura segura, sino que transmite un mensaje: "Reivindica la fuerza del diálogo, más imprescindible que nunca en estos tiempos convulsos que vivimos" e "invita a la reflexión sobre el entorno y el ser humano en sí mismo".

La vicealcaldesa ha estado acompañada en esta presentación del artista y de las comisarias de 'Ricardo Calero. Espacio del sentir', Rosina Gómez-Baeza y Lucía Ibarra. Esta última ha calificado a Calero como un hombre "profundamente ético y preocupado por el hombre actual y sus problemas".

Ibarra ha contado que hay dos conceptos "muy importantes" que marcan su obra: "natural interior", haciendo referencia al ser mismo y su introspección y "natural exterior", donde se contra en el ser y el territorio que le rodea.

SIETE ESTANCIAS

La exhibición, que está compuesta por unas 40 esculturas, cientos de fotografías, medio centenar de grabados, instalaciones y vídeos, se divide en siete estancias y recoge las ideas y conceptos en los que ha estado trabajando el artista en las últimas tres décadas.

Como ha detallado Ibarra, la primera estancia recibe el nombre de 'Ausencias' y recuerda una primera etapa de Calero donde incide en el afán del hombre por aprehender la esencia misma de la vida y su sentido. El artista reflexiona como escultor en torno a la materia, forma y vacío, es decir la presencia y ausencia, la sombra y la luz.

En la segunda, 'Vacíos del silencio', se adentra en la "cosustancial" soledad del hombre, el silencio que le acompaña a lo largo de la vida y que está en el principio de todas las cosas, ya que "en un espacio de silencio surge la vida, germinan las ideas", ha dicho la comisaria.

En la estancia número tres, la luz cobra especial relevancia como idea y culminación de una reflexión conceptual ligada a la vida. "Después del vacío, de la nada, surge la luz como símbolo de vida, esperanza y sabiduría". En 'Pulsiones de luz' se recoge una obra "muy importante" que es un disparate interior de Fuendetodos.

La cuarta estancia se centra en el alba, haciendo referencia al amanecer o la primera luz del día; la quinta, 'Sueños en el mar', reflexiona sobre el problema de la inmigración, donde el propio Ricardo Calero se ha detenido recordando que "todos emigramos alguna vez, ya sea física o mentalmente a lo largo de la vida" y "no nos podemos hacer una idea de cuántas personas se quedan en el mar en su viaje en busca de una vida". Este artista "de su tiempo" muestra su preocupación "constante" por los problemas de la actualidad, a los que se acerca con sensibilidad, respeto y compromiso.

Este proyecto, con una duración de diez años, ahonda en el éxodo de personas, motivado por conflictos, guerras, sequías o hambrunas, entre sociedades separadas por su desarrollo. Se inicia en 2001, en varios lugares entre el mar y la costa del sur de España, límite y frontera del continente europeo con África. Las acciones se materializaron arrojando miles de pasaportes al mar, que "seguían como identidades a la deriva el curso de las corrientes", haciendo un símil con la trayectoria vital de un ser humano y de aquellos emigrantes que buscan sobrevivir en otro destino.

De los 3.650 pasaportes lanzados al mar en esta década, solo 78 pudieron ser rescatados, marcados por "las heridas del viaje", varados entre calas y o rocas. "Rastros, huellas de una existencia, presencia del drama de la ausencia", ha detallado Calero.

La sexta y séptima estancias hablan de 'Pensar el sentir. Diálogos' y 'Memoria natural', respectivamente. La primera aporta una nueva teoría al discurso del artista, la conexión entre el pensar, actividad racional, y el sentir, actividad emocional, que escucha; la última, se introduce en las entrañas mismas de la naturaleza.

DENUNCIA SOCIAL

Por su parte, la otra comisaria de la exposición, Rosina Gómez-Baeza ha advertido que la exhibición "tiene retranca" porque hay "muchas denuncias" recogidas: la violencia, la falta de diálogo, la falta de protección de la cultura y los derechos de autor, entre otras. No obstante, ha puntualizado que estas denuncias están unidas a un "grito de alegría y esperanza" a través de la palabra.

Por último, Ricardo Calero se ha mostrado muy agradecido por presentar sus obras en La Lonja y ha recordado que las primeras de ellas fueron realizadas en Aragón, la tierra de Pablo Gargallo, una de sus máximas aspiraciones y a quien ha querido rendirle homenaje.

Asimismo, ha esgrimido que para crear trabaja con ideas: "Mi particularidad puede ser que en función de la idea que tengo busco la técnica y los materiales que considero que contribuyen a transmitir mejor esa idea".

"Es necesario no malgastar ni una sola palabra, ni un solo material si no es para llenar de constructivo contenido el hecho artístico", ha concluido Calero.

RICARDO CALERO

Nace en Villanueva del Arzobispo, Jaén, en 1955, y desde 1956 reside en Zaragoza. Es un autor que trabaja con una concepción abierta del arte. En 1976 realiza sus primeras exposiciones individuales con obras e instalaciones en un proceso de formación y experimentación que continuará a lo largo de toda su trayectoria.

A partir de 1986 interactúa en sus obras con la fotografía e incorpora elementos naturales, plantas, agua, vapor, esencias olorosas o sonidos, expandiendo así los límites de su trabajo y ampliando las posibilidades de percepción sensitiva de sus obras, que se centran en reflexiones sobre: 'Memoria y Tiempo', 'Paisajes Sociales' y 'Diálogos con la Naturaleza'.

A lo largo de su trayectoria ha realizado exposiciones individuales, así como acciones, instalaciones y exposiciones colectivas en museos, galerías de arte y espacios públicos de Europa y Norteamérica.

En la actualidad, trabaja en obras e intervenciones sobre proyectos concebidos para el diálogo y el encuentro, así como en el proyecto 'Diálogos del Natural', iniciado en 2019 en el Jardín de Parque Florido, Museo Lázaro Galdiano, Madrid.