Los adolescentes son cada día más precoces. Esta afirmación tan repetida adquiere rigor al apoyarse en un dato sobre los alumnos de 12 a 16 años de la provincia: casi dos de cada diez (18,1%) ya ha tenido relaciones sexuales. A esta conclusión llega el Estudio sobre Comportamientos de Riesgos en Estudiantes de ESO de Andalucía, en el que también se detalla que el 53,7% de ese 18%, es decir, uno de cada diez, las ha mantenido con 14 años o menos.

Si tomamos el número de alumnos (68.814) que había durante el curso de la muestra (más de 2.000 entrevistas en la comunidad durante el 2006-07), nos dará que 12.455 adolescentes ya habían consumado un coito y 6.688 lo habían hecho con menos de 15 años. Las cifras andaluzas dejan la media para iniciarse en 14,2 años, aunque curiosamente un 40% de todos los estudiantes asegura no haber recibido educación sexual.

A la vista de las encuestas, el grupo de investigación social de la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Jerez de la Frontera, autor del estudio, propone que la educación sexual sea una asignatura obligatoria para disminuir los riesgos que conllevan sus prácticas habituales, entre ellos el «profundo desconocimiento» que tienen de las enfermedades de transmisión sexual, según el coordinador, José Rodríguez Carrión.

Otro de los comportamientos de riesgo analizados es la violencia en las aulas. En este apartado, Málaga es la provincia andaluza donde más alumnos coinciden (27,4%) en que en sus centros existe «bastante o mucha». Resulta paradójico al mismo tiempo la percepción que tienen sobre este problema: los que no consideran el acto de pegar como un síntoma de violencia (46,7%) son más que los que sí (44,6%).

El alcohol también está presente

Los alumnos de ESO en Andalucía prueban por primera vez el alcohol recién cumplidos los 13 años, y lo hacen en casa y con vino, según el estudio sobre comportamientos de riesgos. Después, optan por los combinados y el botellón, pero un 32% reconoce que también bebe en bares de copas, algo que está prohibido. En Málaga, la mayoría (40%) compra alcohol en pequeños comercios cercanos al botellón, aunque también lo hacen en supermercados (33%) o, incluso, lo traen de casa (20,6%).