Pese a que la crisis económica ha incrementado el número de alicantinos que, por necesidades de subsistencia, se ven obligados a rebuscar entre los contenedores de basura con el fin de encontrar algo de comida, esta práctica (si origina suciedad en la vía pública) se penalizará con hasta 100 euros con la puesta en marcha –ya en vigor– de la nueva ordenanza de limpieza.

Como novedad al nuevo texto, también se prohíbe alimentar a los animales (tanto domésticos como libres) en la calle o urbanizaciones, no sólo a las palomas, que ya estaba multado con 601 euros.

Y aviso a los aficionados al botellón: ensuciar la vía pública con envases, envoltorios u otros objetos o enseres, siempre que se genere riesgo para la salud o la integridad física de los ciudadanos (sobre todo si son de cristal) se gravará con hasta 1.200 euros de multa.

El Ayuntamiento también pretende acabar con la imagen de farolas, paredes, cabinas o postes repletos de pegatinas publicitarias. Para ello, prohíbe fijar carteles y pasquines de todo tipo, así como realizar pintadas, murales o inscripciones en las fachadas, muros, tapias y vallas, de edificios o kioscos sin licencia municipal. La sanción alcanza los 751 euros.

Asimismo, se multará con la misma cantidad económica el abandono de muebles y enseres particulares en la calle sin la autorización municipal correspondiente o sin la comunicación previa a la empresa de limpieza.

Campaña informativa

La Concejalía de Atención Urbana ha comenzado una campaña de concienciación entre la ciudadanía con el objeto de dar a conocer la nueva ordenanza con carteles y vallas publicitarias repartidas por toda la ciudad.

En ella se le insta al alicantino a usar las papeleras o a depositar las bolsas de basura dentro de los contenedores.

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